
Tomás Serrano
Moncloa se aferra al rechazo de sus socios a la derecha y dice que hay una "campaña mafiosa" pero es contra el Gobierno
Los socialistas entienden que Feijóo "ha dado muestras de debilidad" al exponer su falta de apoyos parlamentarios y limitarse a convocar una manifestación.
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El núcleo duro del Gobierno sigue sosteniendo que todo es una "campaña de acoso de la derecha política, judicial y mediática" y que no hay pruebas de que Leire Díez trabajara para el PSOE.
Pero, sobre todo, se aferra a que siguen teniendo el apoyo firme e inquebrantable de sus socios parlamentarios frente a la derecha y la ultraderecha.
"Campaña mafiosa", aseguró este jueves Óscar López, miembro destacado de ese núcleo duro de Pedro Sánchez y correoso ariete contra la oposición.
El ministro respondía así a las palabras de Alberto Núñez Feijóo, que había llamado a manifestarse el próximo 8 de junio contra las "prácticas mafiosas" del Gobierno.
Fuera del círculo de Sánchez sí hay preocupación entre miembros del Gobierno por la acumulación de información escandalosa y actuaciones judiciales.
Entre los socios del PSOE también hay incomodidad y críticas visibles, aunque no suficientes para alterar los bloques del Congreso y forzar un final abrupto de la legislatura.
De hecho, la versión coincidente en el Gobierno, empezando por Moncloa, es que la comparecencia de Feijóo mencionando la moción de censura, pero acabando con la convocatoria de una manifestación, es una "muestra de debilidad".
Según explican, el líder del PP ha solemnizado de nuevo que no tiene más margen de maniobra que esa convocatoria. Incluso, que olvida que en Valencia minimizan las manifestaciones contra Carlos Mazón y sí lo considera un instrumento políticamente útil en Madrid.
Ese argumento tiene rebote, porque el PSOE concede extrema importancia a las manifestaciones contra Mazón, pero minimiza las que pueda haber contra Sánchez.
Los socialistas entienden que horas después del anuncio de Feijóo se ha demostrado que Vox le supera siempre en radicalidad y antisanchismo, en este caso, con una manifestación en la Moncloa.
"Feijóo habla de una realidad que no conocemos. Nos preocupa su mensaje poco institucional, con una realidad que no existe en España y que provoca falta de confianza en las instituciones", aseguran altas fuentes de Moncloa.
El Gobierno se sigue agarrando al hecho de que Junts, PNV, ERC, Bildu, BNG, Sumar y hasta Podemos no van a apoyar nunca una moción de censura del PP con Vox. Es decir, que el rechazo a lo que hay fuera de la mayoría del Gobierno sigue siendo el cemento que les mantiene más o menos unidos.
Como explica un miembro del Gobierno, "cuando tenemos problemas siempre acude Feijóo a nuestro rescate haciendo que se aprieten aún más nuestras filas".
Por ejemplo, en estos días ha aumentado la distancia entre el PP y Junts y el PNV a cuenta del fracaso en Europa de la iniciativa para el uso de lenguas cooficiales.
Fuentes del PNV dicen estar muy enfadados con Feijóo con decisiones como la de llevar al Tribunal de Cuentas la reversión de un inmueble de París que fue incautado por los nazis.
Incluso, aseguran en el Gobierno que Feijóo ha comparecido para habalr de los escándalos que afectan a Sánchez el día en que se conoció que el novio de Ayuso se sentará en el banquillo y el día que se ha conocido el encarcelamiento del que fue secretario de Estado de Seguridad de mariano Rajoy.
También le sirve al Gobierno el procesamiento del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid para intentar empatar en los escándalos y la convivencia con imputados o procesados.
Respecto al caso concreto de Leire Díez, es manifiesto que hay socialistas disconformes con la tibieza de Ferraz, incluido el expediente informativo sin reproche alguno a la inquieta militante del PSOE.
Hay también en el Gobierno referencias críticas al ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, porque consideran que en siete años en el cargo no ha sido capaz de acabar con la supuesta existencia de "cloacas" en la Guardia Civil.
Se refieren a lo que en ámbitos vinculados al PSOE empieza a ser llamado la "UCO patriótica contra Sánchez", y que si existiera dejaría en muy mal lugar a Marlaska.
Y es evidente la incomodidad de socios del Gobierno. Empezando por Sumar, que no tiene ninguna duda sobre su voluntad de mantener la coalición y, por eso, deben hacer malabarismos para distanciarse de los escándalos y al tiempo no despegarse del PSOE.
"Nosotros hemos querido ser prudentes. Es verdad que a medida que van saliendo cada vez más informaciones, las informaciones que van apareciendo son graves. Y por lo tanto sí que creemos que debe realizarse una investigación y tomar medidas contundentes", aseguró este jueves el ministro de Cultura, Ernest Urtasun.
"Este tipo de cosas, quiero decirlo de una manera muy clara, generan desafección en la ciudadanía. Uno tiene que ponerse en el lugar de un ciudadano que esté presenciando lo que está ocurriendo desde casa. Y por lo tanto, para combatir esa desafección, cuando ocurren estas cosas, hay que ser contundente", añadió, según recoge Europa Press.
Y Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda, asegura que los audios de Leire Díez son de "extrema gravedad" y reclama "contundencia" y "depurar responsabilidades".
Es coincidente en el Gobierno la dificultad para abrir paso en la agenda cualquier decisión que se tome o la posibilidad de dirigir la conversación política hacia asuntos que le son más favorables, como la economía.