Los creadores de Li-Onna, Ricardo Altamirano (izquierda) y el padre e hijo con el mismo nombre, Jorge Ureña.

Los creadores de Li-Onna, Ricardo Altamirano (izquierda) y el padre e hijo con el mismo nombre, Jorge Ureña. Cedida

Ocio

Los mexicanos que llegan a Madrid para hacerse con la gastronomía de lujo: abrirán un nuevo restaurante y una disco

Tanaka Hospitality desembarca con Li-Onna, para seguir abriendo más locales y, por otro lado, uno de sus socios, el exclusivo club Bonbonniere.

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Tanaka Hospitality, el gran grupo de restauración de México, desembarcan con fuerza en la gastronomía madrileña.

Tras triunfar en su país, el grupo mexicano —fruto de la asociación de Kampai, fundado por Jorge Ureña, y Mandala Group, de la familia Altamirano— ahora lo hace en plena Castellana con Li-Onna, un restaurante de cocina japonesa contemporánea.

Llegan en pleno boom gastronómico en la Comunidad de Madrid, con un incremento de la facturación de un 4,7% interanual, una subida por encima de la media nacional (2,6%), según los últimos datos publicados por el INE, este febrero de 2025.

Interior de Li-Onna.

Interior de Li-Onna. Li-Onna

Con decenas de establecimientos en México, Tanaka Hospitality ha llegado para quedarse y 'hacerse con la gastronomía de lujo' de la capital. De hecho, adelantan a este diario que están en búsqueda activa de nuevos locales para abrir más restaurantes en Madrid.

También en el sector del ocio nocturno, pues uno de los socios, Ricardo Altamirano, abrirá con el empresario y exboxeador británico, Joe Fournier, la exclusiva discoteca Bonbonniere.

¿Quiénes son?

Su historia comenzó hace más de tres décadas y, tras consolidar un grupo de restauración con decenas de locales en México, hoy desembarcan en la capital española decididos a dejar huella.

"Conocí a Octavio Altamirano, que tiene más de 100 negocios muy exitosos en México (discotecas, bares..) hace unos 10 años. Me propuso asociarnos y empezamos en plena pandemia con un restaurante en Guadalajara, Señora Tanaka, que también es el nombre del restaurante que abrimos —grupo Kampai—, hace 33 años. Luego me propuso hacer algo en Madrid", explica Jorge Ureña.

El mexicano Ureña fundó su primer restaurante mucho antes de esta alianza. Se propuso abrir uno de los primeros restaurantes japoneses en su ciudad, Monterrey.

Para ello tuvo que viajar a Los Ángeles en busca de proveedores. Fue allí cuando tuvo la oportunidad de conocer a Nobu Matsuhisa, ícono mundial de la cocina japonesa-peruana.

La conexión se dio por azar y culminó con una invitación clave: a primera hora del día siguiente, Jorge fue presentado a los principales proveedores japoneses de pescado, lo que le permitió abrir su propio restaurante.

Así nació Kampai. El éxito fue inmediato: antes de abrir las puertas ya contaban con clientes haciendo cola para probarlo.

El restaurante no solo prosperó, sino que sentó las bases de un grupo empresarial con 26 establecimientos activos en México, que abarcan desde marisquerías y parrillas argentinas hasta conceptos de pizza y pokes.

Uno de los puntos de inflexión surgió hace 23 años, con la apertura de Señor Tanaka, un guiño a la fusión méxico-japonesa tanto en carta como en ambiente. La evolución del grupo se aceleró con la segunda generación, su hijo Jorge Ureña, y la entrada de nuevos socios, como la familia Altamirano.

Llegada a Madrid

El desembarco en Madrid no fue fruto del azar. Los socios llevaban tiempo evaluando opciones para internacionalizarse y, aunque Estados Unidos era la alternativa lógica, la capital española terminó por decantar la balanza.

"Nos encanta Madrid, nos sentimos acogidos y la barrera idiomática no existe. Además, la ciudad está en plena efervescencia y se aprecia un dinamismo que recuerda a las grandes metrópolis del mundo", destacan los empresarios.

Por otro lado, factores prácticos, como la apertura de nuevas rutas aéreas directas desde México a Madrid —Guadalajara-Madrid y Monterrey-Madrid— facilitaron la logística.

El restaurante, bajo el nombre Li-Onna, se instaló en el número 1 de la calle Recoletos. La propuesta mezcla influencias mexicanas y japonesas, pero adaptada a las expectativas del comensal madrileño: calidad, diseño, ambiente sofisticado, un espacio para cocktails y DJ, y un ticket medio en torno a los 60-80 euros.

Li-Onna representa la primera, pero no última, incursión del grupo fuera de México como una puerta de entrada al mercado europeo. Madrid acoge así una nueva referencia gastronómica que llega para seguir creciendo.