
Familia en María Zambrano: “Queríamos comodidad y acabamos atrapados en la estación con dos niñas de cinco y cuatro años”
Lunes caótico en María Zambrano con cientos de pasajeros afectados por el sabotaje del AVE: "Es desesperante, nadie nos dice nada"
Un problema en la línea a la altura de Toledo, con al menos cuatro robos de cable, ha provocado en la madrugada de este domingo retrasos de más de 30 trenes.
Más información: Caos ferroviario en Andalucía: Óscar Puente da por normalizada la circulación
Un sabotaje en la línea del AVE a la altura de Toledo, con al menos cuatro robos de cable, ha provocado en la madrugada de este domingo retrasos de más de 30 trenes con hasta cuatro horas en los trenes entre Madrid y Andalucía. 6.300 viajeros han sido afectados, especialmente a los servicios con destino Málaga. Ya es el segundo lunes que la estación está viviendo constantes contratiempos.
La estación María Zambrano se ha llenado de pasajeros frustrados y desinformados ante la continua modificación de horarios y la falta de explicaciones claras. Renfe y el Ministerio de Transportes confirmaron la incidencia, calificándola como sabotaje, y advirtieron que los trenes AVE, Avlo y Alvia seguirían acumulando demoras durante la jornada. Entre los afectados se ha encontrado hasta el propio alcalde de Málaga, que sufrió un retraso de seis horas.
Sin embargo, son cientos de personas las que aún continúan en la estación malagueña esperando recibir nueva información. Personas que llegan tarde al trabajo tras un puente visitando la Costa del Sol, familias que podrían perder su crucero por el Mediterráneo, niños tranquilizados por sus padres sentados en el suelo, extranjeros que podrían perder sus vuelos a países de origen. Todo un caos que poco a poco se está solventando.
En este contexto, la información se ha ido proporcionando a través de la pantalla y una trabajadora que, con un megáfono, comunicaba las salidas o retrasos de los trenes. Una voz que, entre tanta muchedumbre, difícilmente suena con claridad. Los mayores incidentes los han sufrido quienes han tenido que pasar la noche en María Zambrano. Sin embargo, los retrasos se han prolongado esta mañana.
Una familia de Granada, cuyos miembros prefieren guardar el anonimato, buscaba una forma cómoda de viajar a Madrid con sus hijas de cinco y cuatro años. Al igual que muchos otros, han quedado atrapados durante horas en la estación de tren de Málaga tras el fallo generalizado en las líneas ferroviarias por el robo del cableado de cobre en Toledo. “Queríamos comodidad y acabamos atrapados en la estación con dos niñas”, lamentaba el padre, mientras su mujer intentaba distraer a las pequeñas en brazos, una de ellas llorando. “Esto es desesperante. No sabemos nada, ni si se puede reclamar, ni si nos devolverán el dinero. Nadie informa de nada”, añadía con resignación.

Caos tras retrasos de trenes en estación Málaga-María Zambrano
Pero no estaban solos. Cientos de pasajeros vivieron escenas de desconcierto, frustración y caos en Málaga María Zambrano. Una joven llamada Alba, que venía a ver a su pareja, relataba: “Llevo dos horas esperando. No me han mandado ni un correo. Esto es un capítulo más de los lunes maravillosos con Renfe. Ya van varios”.
Un matrimonio con dos hijos pequeños perdió directamente su tren a Barcelona por una información confusa y tardía. “Nos dijeron que salía por la tarde y a los cinco minutos salió sin avisar. Hemos venido con dos niñas y no nos dio tiempo ni a reaccionar. Nos enteramos porque vimos cómo se iba el tren”, relataba Juan, el padre, aún indignado. Mientras Carmen, su mujer, entretenía a sus hijos, él intentó buscar ayuda en el servicio de Atención al cliente de Renfe durante casi una hora. Asegura que ha tenido “suerte dentro del caos”, porque le han dado soluciones, ya que su hija tiene tres años y temía encontrarse con más contratiempos ante el colapso.
Otras personas afectadas que habían perdido ese tren mismo tren dirección Barcelona, era un matrimonio de tercera edad, que necesitaban estar ese mismo día en Valencia para una firma urgente. El marido, quien guarda su identidad bajo el anonimato, denuncia la aglomeración y la falta de organización. “Había tanta gente que no podíamos avanzar. Al final nos quedamos fuera. Éramos al menos 40 personas”.
Mientras las autoridades investigan el alcance del sabotaje, en las estaciones se multiplican las quejas, las reclamaciones y las escenas de niños agotados, viajeros desesperados y planes truncados. Los viajeros no pueden alejarse de las pantallas por miedo a perder el tren como han visto que les ha ocurrido a decenas de personas a metros de distancia. La saturación y resignación cada vez se refleja en más miradas y muchos, la promesa de un viaje cómodo y veloz en tren se ha convertido en una "pesadilla ferroviaria".