Un hombre durmiendo.

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Salud

Riga Nagib Raya, endocrino: "Dormir menos horas en verano favorece el aumento de peso y los problemas metabólicos"

Este experto señala que la privación crónica de sueño puede llevar a una disminución de los niveles de leptina y a un aumento de la grelina, lo que se traduce en una mayor sensación de hambre y, consecuentemente, en un mayor consumo de calorías.

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El verano ya está aquí, las tardes se hacen eternas, nos echamos a la calle y nos acostamos más tarde. Está bien socializar y es bueno para nuestro estado de ánimo, pero dormir menos horas de la cuenta también puede causar problemas.

De hecho, estos vaivenes en el sueño en verano y cambios de rutinas pueden provocar un aumento de peso y problemas metabólicos.

Así lo asegura el endocrino Rida Nagib Raya, que trabaja en el Hospital Vithas Málaga. "Los ritmos circadianos influyen en la liberación de hormonas clave que regulan el apetito, el metabolismo de la glucosa y el almacenamiento de grasa", explica.

Este experto añade que "cuando estos ritmos se ven alterados por horarios irregulares de sueño, exposición lumínica inusual o incluso las comidas a deshora, se puede generar un desequilibrio hormonal que dificulta el mantenimiento de un peso saludable e incluso favorece el aumento de peso".

Una de las conexiones más importantes entre el sueño y el peso radica en la regulación de dos hormonas fundamentales: la leptina y la grelina. La leptina, producida por las células grasas, envía señales de saciedad al cerebro, indicando que ya hemos comido suficiente. Por otro lado, la grelina, secretada principalmente por el estómago, estimula el apetito.

Diversos estudios han demostrado que la privación crónica de sueño puede llevar a una disminución de los niveles de leptina y a un aumento de la grelina, lo que se traduce en una mayor sensación de hambre y, consecuentemente, en un mayor consumo de calorías.

"Durante el verano, es común que las personas se acuesten más tarde y duerman menos horas debido a las actividades sociales, las temperaturas elevadas o la mayor exposición a la luz artificial por la noche", continúa el doctor Raya.

"Esta alteración del ciclo sueño-vigilia puede perturbar el delicado equilibrio hormonal que influye en nuestro apetito y metabolismo, haciendo que sea más difícil controlar el peso e incluso aumentando el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y otros problemas metabólicos a largo plazo", destaca el facultativo.

¿Qué podemos hacer?

Hay que intentar dormir bien y, a ser posible, en unos horarios similares a los habituales, tanto al acostarse como al levantarse. A diario y en fin de semana.

A la hora de irse a la cama, todos los expertos aconsejan relajarse y tener un entorno adecuado en la habitación, es decir, que esté todo oscuro, fresco, tranquilo y desconectar los aparatos electrónicos.

Este endocrino recomienda además “evitar comidas pesadas y cafeína cerca de la hora de dormir porque nos puede ayudar a mantener unos buenos hábitos de sueño en verano…pero también durante el resto del año, ya que la digestión de comidas copiosas puede dificultar el sueño y la cafeína es un estimulante que puede mantenernos despiertos".

Hacer ejercicio, pero no antes de acostarse, y exponerse a la luz natural durante el día son buenos hábitos para regular el ritmo circadiano.