
Alicia Ferrero, jefa de Enfermería de Neonatología del Hospital Río Hortega de Valladolid; y Sonia Caserío, jefa de la unidad médica
Fomentar el vínculo y el neurodesarrollo de neonatos con cuentos: la bonita iniciativa impulsada en el Río Hortega
La unidad de Neonatología ha puesto en marcha un proyecto solidario "pequeño en superficie, pero grande en participación", que aumenta la implicación y cercanía de los padres con sus hijos prematuros.
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Una visita al hospital siempre es sinónimo de preocupación. Sin embargo, hay ciertos centros o áreas donde, gracias al trabajo y esfuerzo de sus profesionales, todo resulta más fácil o al menos llevadero.
Es el caso de la unidad de Neonatología del Hospital Río Hortega de Valladolid. Desde allí, su plantilla, integrada por ocho neonatólogos, 17 enfermeras y 12 técnicos en Cuidados Auxiliares, ha ido llevando a cabo diferentes iniciativas que hacen más liviana y agradable la estancia de padres e hijos durante su ingreso.
Si ya de por sí, un nacimiento implica pasar por una situación complicada llena de nervios, incertidumbre y, sobre todo, mucho miedo, estos sentimientos se acentúan todavía más cuando un bebé nace de manera prematura y los padres se ven obligados a marcharse a casa mientras su hijo crece, durante un tiempo, en una incubadora desde un hospital.
A sabiendas de ello, los trabajadores la citada unidad hacen todo lo posible por hacer de esta situación una experiencia llena de aprendizaje, vínculo y desarrollo, convirtiendo un momento un tanto desagradable en oportunidades y recuerdos.
Recientemente, todos ellos han habilitado una biblioteca de cuentos el área, algo que, aunque pueda sonar un poco raro y parecer disparatado por la temprana edad de los niños, es altamente beneficioso tanto para los padres como para los recién nacidos.
Así lo ha explicado la jefa de Neonatología del Hospital Río Hortega, Sonia Caserío, en una entrevista con EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León, en la que, además de revelar el motivo de esta bonita iniciativa, ha confesado, con todo detalle, cómo surgió y la acogida que está teniendo.
"Esto surge a partir de la evidencia científica, que nos dice que la lectura de cuentos en voz alta en edades preverbales, mejora el desarrollo cognitivo y el neurodesarrollo de todos los recién nacidos en general, pero muy especialmente de niños prematuros como los que tenemos aquí, bebés muy vulnerables y con mayor riesgo de sufrir alteraciones del neurodesarrollo", asegura.

Unos padres leyendo un cuento infantil a su hijo prematuro en el Hospital Río Hortega de Valladolid X
En este sentido, señala que "las experiencias a las que sometemos a esos cerebros en desarrollo son muy importantes y sobre todo en neonatos, porque nacen en fases de mayor crecimiento del cerebro y en un momento en el que se producen muchas interconexiones neuronales".
"Que en esa fase les expongamos a experiencias que hagan que ese cerebro se desarrolle de la mejor manera posible, mejora su neurodesarrollo y eso, a su vez, favorece el apego, el vínculo, la calidad del lenguaje y las habilidades de comunicación", añade la especialista.
A partir de esta máxima, el equipo de Neonatología del Río Hortega se dio cuenta de la importancia de fomentar la lectura de cuentos en voz alta, por lo que, aunque desde hacía tiempo ya "insistíamos a las familias en que lo hicieran", al ver que "a los padres les costaba trabajo hasta que se decidían a traer un cuento de casa", rápidamente decidieron hacer una biblioteca.
El primer paso fue plantear la idea a la gerencia y, una vez conseguida la aprobación y el visto bueno del grupo de trabajo dedicado a la humanización de los cuidados, neonatólogos, enfermeros y auxiliares se pusieron manos a la obra.
Así, contactaron con un carpintero que les hiciese una estantería a medida en la que poder exponer un gran número de cuentos y, cuando esta estuvo lista, la colocaron, la decoraron de forma "casera" y la llenaron de material para las familias.

Imagen de la biblioteca habilitada en la unidad de Neonatología del Hospital Río Hortega de Valladolid
"Primero tuvimos unos cuantos cuentos disponibles y se los íbamos ofreciendo a los padres, pero llegó un momento en el que pensamos que lo mejor era darles un espacio para que estos lo viesen nada más que ingresaran sus hijos. El objetivo es que vayan entrando en esa cultura de la lectura de cuentos poco a poco", confiesa Sonia.
Una vez que se animan a hacerlo, los profesionales les recomiendan proceder a la lectura en el momento en el que niño está en piel con piel y en posición de canguro. "Da igual que el bebé esté dormido, lo importante es que los estímulos están llegando al cerebro y haciendo que sus interconexiones neuronales a medio y largo plazo vayan a ser mejores", asegura.
Además, explica que este proyecto también hace sentir útiles a los padres. "Cuando las familias ingresan en la Unidad es porque se les ha presentado una situación de gravedad, entonces con esta iniciativa también se les está dando un papel más activo. Pasan de estar preocupados y sin hacer nada, a poder ocuparse de algo que, además, es bueno para el desarrollo del niño".
Un carné para el recuerdo
Para terminar de completar la experiencia, la unidad de Neonatología ha diseñado un carné que se les entrega a todas aquellas familias que participan y que incluye una foto del bebé, su nombre, su fecha de nacimiento y un apartado en el que los padres pueden ir anotando los cuentos que les van leyendo a sus hijos.

Imagen del carné
"Es una forma de hacer la iniciativa más establecida y estandarizada, y de que los padres puedan tener un recuerdo del tiempo que han estado aquí".
Iniciativa solidaria
La biblioteca también incluye el factor solidario, que convierte el espacio en una obra "de todos". "Es pequeña en superficie, pero muy grande en participación", confiesa Sonia.
Pues los cuentos de los que pueden disfrutar las familias que ingresan en Neonatología han sido donados por profesionales de la unidad, pero también por trabajadores de otras áreas e incluso por padres que han querido aportar su granito de arena para ayudar a todos aquellos que se vean en su misma situación.
Pero su huella no queda ahí. Tal y como ha confesado la neonatóloga, "siempre pedimos que todos los libros estén dedicados por la persona que lo dona, porque creemos que a las familias puede hacerlas sentir más acompañadas en el momento de la lectura, que no están solos y que hay gente que ha pasado por lo mismo. Es una manera de darles ese apoyo y empuje que tanto necesitan", explica.
Añade que, en este caso no importa la temática, pues, según evidencia la medicina científica, "lo importante es el tono y el cómo se leen los cuentos, más que su contenido". "Lo esencial es que los niños estén expuestos precozmente a la voz y a un número de palabras, porque eso hace que vaya enriqueciendo su lenguaje y las habilidades de comunicación en el futuro", afirma.
En este sentido, Sonia señala que lo único que piden es que se trate de cuentos infantiles, aunque la gran mayoría de los donantes suele decantarse por temáticas que tienen que ver con el vínculo, el apego, la fortaleza y el afrontar situaciones difíciles para que así también sirvan de ayuda a los padres.
Familias "más implicadas"
Con todo ello, la jefa de la unidad celebra la buena acogida de la iniciativa, dado que, desde la inauguración de la biblioteca, han notado un aumento del interés de los padres por conocer y testar la propuesta. "Vemos que las familias están más implicadas, más cercanas y que pasan más tiempo en el hospital con sus hijos, y eso para nosotros es una gran satisfacción", asegura.
De este modo, reconoce que "la respuesta está siendo muy buena y positiva", aunque destaca la importancia de "acompañar y motivar a las familias" en un proceso que, para ellos, además de nuevo, es extraño y complicado a partes iguales.
"Es un trabajo de aprendizaje y al final muchas veces los padres tienen miedos y preocupaciones, y piensan que el niño va a estar mejor dentro de la incubadora que en sus brazos y escuchando cómo le leen cuentos".
Ahí es donde está, según la neonatóloga, la labor del personal de la unidad, que trata de "enseñarlos, animarlos y empoderarlos en los cuidados", haciendo que cada vez participen más en ellos. "Porque tenemos comprobado que muchas veces ese miedo se vence dándoles ese protagonismo en determinadas tareas. Una vez que se animan, ya quieren hacerlo todos los días".

Miembros del equipo de Neonatología del Hospital Río Hortega de Valladolid X
De hecho, muchos lo convierten en su "momento de familia", lo que, a su vez, genera en el equipo de Neonatología "una sensación de trabajo bien hecho".
"Hay muchas cosas en nuestra labor profesional que nos dan satisfacción. Por supuesto, una de ellas es curar a los niños que están enfermos y desarrollar correctamente nuestras competencias técnicas, pero también esa competencia no técnica que tiene que ver con lo humano, el contacto y el cuidado".
"El ver que, independientemente del resultado final, los padres se vayan con la sensación de que el tiempo que han pasado con su hijo en el hospital ha sido tiempo de calidad y les ha permitido sentirse una familia, queridos y acompañados", revela Sonia.
Un papel que también tratan de llevar a cabo a través de otro tipo de iniciativas ya instauradas, que van desde un buzón de sugerencias, hasta carteles que animan a los padres a participar en los cuidados de su hijo y otros que narran, en primera persona, la experiencia de familias que ya han pasado por allí.
Todo ello, con el fin de construir una unidad "más amigable, cercana y humana". Las que la neonatóloga y jefa del área, Sonia Caserío, asegura que son las grandes señas de identidad del equipo de Neonatología del Hospital Río Hortega de Valladolid.