
El cuerpo desenterrado en el Collegium Augustalium de Herculano y el fragmento de cerebro cristalizado.
Una nube de ceniza durante la erupción histórica del Vesubio convirtió el cerebro de un hombre en vidrio
El fenómeno se habría producido al morir el individuo a causa de una nube de ceniza a más de 500 ºC que se disipó rápidamente a continuación.
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La investigación de los restos de la erupción del monte Vesubio que destruyó las ciudades de Pompeya y Herculano en el 79 d.C. ha desvelado un nuevo y asombroso hallazgo. El cráneo de una de las víctimas del desastre hallado en la segunda ciudad contenía un fragmento de cristal orgánico de color oscuro, un material extremadamente difícil de encontrar.
Los resultados del análisis de sus propiedades físicas, que ahora se publican en Scientific Reports, apuntan a que se trata de su cerebro fosilizado, que se cristalizó cuando murió al exponerse a un nube de ceniza de temperatura extremadamente elevada pero de corta duración. Esto habría permitido las condiciones para la formación del cristal, que ocurren muy raramente en la naturaleza.
Para que una sustancia cristalice, recuerdan los investigadores, es imprescindible que pase muy rápidamente de una forma líquida y muy caliente a otra sólida mediante enfriamiento. Sin embargo, se requiere de una gran diferencia de temperatura entre el cristal mientras se solidifica y su entorno para quedar aislado.
La temperatura ambiental difícilmente suelen ser lo bastante baja como para permitir que cristalice la materia orgánica, rica en agua. Por esa razón cristales de esta naturaleza son particularmente difíciles de encontrar. El primer ejemplo natural se identificó por primera vez en la excavación de Herculano, pero las circunstancias en la que se formó eran desconocidas hasta la fecha.
El equipo de Guido Giordano de la Universidad de Roma analizaron los fragmentos de materia cristalizada extraídos del interior del cráneo y la columna vertebral del individuo. Los restos fueron hallados en la que había sido su cama en el Collegium Augustalium -Colegio de los Agustales-, un gran edificio en el núcleo urbano que servía como sede del culto al emperador Augusto.

El sitio arqueológico de Herculano con el Vesubio al fondo.
Los resultados de los análisis de imágenes realizadas con microscopios electrónicos y rayos X indican que la cristalización del cerebro de la víctima ocurrió con una temperatura de al menos 510 ºC antes de enfriarse rápidamente. Los investigadores apuntan, en base a la observación de erupciones volcánicas modernas, que murió a causa de una nube de ceniza supercalentada que se disipó rápidamente en los primeros momentos de la erupción del Vesubio.
Según explica el equipo de Giordano, este fenómeno no habría sido posible si la muerte del individuo o el aumento de temperatura de su cadáver hubiera ocurrido únicamente a causa de los flujos piroclásticos que sepultaron la villa. En primera instancia, la mezcla de material volcánico y gases no habría superado los 465 ºC en ningún caso, y el enfriamiento que se produjo a continuación fue lento.
La hipótesis con la que trabajan los autores es que la temperatura corporal de la víctima superó los 510 ºC al entrar en contacto con la nube de ceniza, antes de enfriarse rápidamente y volver a temperatura ambiente cuando se disipó. Los huesos del cráneo y la columna vertebral protegieron el cerebro de la destrucción térmica, permitiendo que se formaran fragmentos de este cristal orgánico único.