
Los alumnos del Colegio Diocesano Santiago Apóstol Cabanyal de Valencia estrenan la nueva pista de baloncesto que acogerá el Campus Social Basketball Kellogg’s. Cedida
Salud, deporte e inclusión: así es el proyecto que brinda oportunidades a las familias más vulnerables de Valencia
El Colegio Diocesano Santiago Apóstol Cabanyal ha inaugurado una nueva pista de baloncesto en una iniciativa financiada por Kellogg's.
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La zona del Cabañal-Cañamelar —más conocida como El Cabanyal-Canyamelar en la lengua local— es un antiguo barrio marinero situado al este de Valencia. Limita con el mar Mediterráneo y en el pasado actuó como un enclave perfecto para el descanso de los pescadores de la región. Aunque ahora, entre las casas repletas de azulejos, símbolo vivo de aquellos tiempos, se encuentra el Colegio Diocesano Santiago Apóstol Cabayal.
Fue fundado en 1926 por el Arzobispado de Valencia y destaca por ser un pequeño centro, de una sola línea, con escasos recursos económicos y espacios limitados. La totalidad de sus alumnos provienen de ambientes desfavorecidos. De todos ellos, explica el propio centro, el 84% es de origen romaní y un 10% migrante. En total, conviven con 13 nacionalidades y la mayoría de alumnado tiene raíces latinas.
"Es una comunidad de aprendizaje", explica a ENCLAVE ODS Jordi Bosch, director del colegio. "Además, somos un centro diocesano y estamos al servicio de la comunidad y de los más necesitados", añade. Y es que aquí la clave radica en frenar "esa pelota que no para de rodar" y satisfacer poco a poco las necesidades de la población.
A nivel educativo, continua Bosch, desarrollan un proyecto donde la investigación incluye "una mejora educativa". Y lo explica: "Las actuaciones están relacionadas con la formación de las familias, su participación en pequeños grupos en el aula y una serie de acciones donde lo comunitario tiene una parte fundamental".
De este modo, dice, consiguen "atacar esa multiproblemática —social, sanitaria y educativa— con iniciativas y formación desde las tres vertientes". Para ello, cuentan con el apoyo de Cooperación Internacional, aunque no son los únicos. También está involucrado el equipo de Kellogg's, para ofrecer desayunos diarios a los más vulnerables (entre otras actividades), y la baloncestista María Pina, con quien organizan el Campus Social Basketball Kellogg’s, que se celebra por cuarto año consecutivo en el colegio.
Para los niños y niñas
Localizado en el barrio del Cabañal, las instalaciones con las que cuenta este centro son especialmente reducidas, razón por la que en 2020 el Ayuntamiento de Valencia les consiguió un solar donde los niños y niñas tuvieran un espacio para poder jugar. Era "pequeñito", cuenta Bosh, pero se convirtió en "un punto de encuentro en el barrio", ya que lo compartían también con el resto de la comunidad.
Sin embargo, al poco tiempo y "por cuestiones urbanísticas" tuvieron que dejar ese espacio y ahora, algún que otro año después y de la mano de Kellogg's, han retomado aquella propuesta. "Gracias a la colaboración de las familias salió una gran idea", cuenta el director del centro, y añade: "Es un espacio más grande, más soleado y en mejores condiciones".

Los alumnos del centro juegan al baloncesto tras inaugurar la nueva pista de baloncesto. Cedida
Ahora, explica, quieren que los pequeños "consideren suyo" este nuevo espacio y que cada vez haya "más actividades propuestas por ellos, porque ese será el síntoma de que se ha entendido la idea". "Los problemas que tenemos son comunitarios y la solución también puede serlo, es una herramienta muy buena para atacar los dilemas de aquí, que son muchísimos", indica Bosch.
Deporte y alimentación
Como esta, son varias las actuaciones que suma la compañía de snacks en el centro. Llevan trabajando juntos desde 2016 ofreciendo desayunos. Lo hacen dentro del programa 'Todos a desayunar', donde participan 50 niños y niñas del Colegio Diocesano Santiago Apóstol Cabanyal.
"Aquí reciben una alimentación completa, sana y equilibrada, que no son solo cereales", explica Susana Entero, directora general de Kellogg's España. "Esto les permite empezar con energía el cole y, sobre todo, no faltar a clase. Antes había mucho más absentismo que ahora en los centros donde tenemos el programa", indica.
Al tiempo, se animaron a ayudar a los pequeños en otro proyecto social. Crearon unos campus de baloncesto en verano —con una participación de 70 alumnos— para fomentar el deporte. "Ayudamos a que crezcan en valores como el respeto, el cuidarse entre ellos, el compañerismo, la amistad, el compartir y la solidaridad. Queremos que los niños y niñas se los lleven a través de la práctica deportiva", subraya.
Además, a raíz de las extraescolares del propio centro, hay 15 niños participando con María Pina. Y de ahí surgió el proyecto de 'La pintada del Cabanyal'. Se trata de una pista de baloncesto en el nuevo solar que consiguió el centro con ayuda del Ayuntamiento de Valencia que, según describe Entero, "es una auténtica pasada".
La pintada del Cabanyal
Es "un entorno en donde los niños y niñas pueden hacer sus actividades deportivas, pero no solo jugar al baloncesto. También tienen un rocódromo y un huerto para cultivar su imaginación y su creatividad". Y es que aquí, dice Entero, lo primordial es que "lo disfruten y sea un espacio seguro".
Por esa razón, su idea era hacer de este solar un lugar alegre y animado. Y así lo han hecho. "Les hemos ayudado, a través de un proyecto con diferentes organizaciones, a pintar la pista. Han hecho unos talleres iniciales y luego han pintado las palabras 'respeto' y 'cuidarnos', que son los dos valores que han interiorizado y es lo que les va a ayudar a prosperar y a tener éxito en la vida para ser felices", explica la directora general de Kellogg's España.

Los alumnos del Colegio Diocesano Santiago Apóstol Cabanyal disfrutan de sus nuevas instalaciones. Cedida
Artistas locales, la comunidad y los propios alumnos se han involucrado de lleno en esta propuesta. Entero define este proceso como una experiencia "fácil", dado que trabajaban por "el mismo objetivo". "Todo el mundo se ha mostrado muy entregado y con muchas ganas de darles ese espacio que ellos merecen y que nosotros les hemos ayudado a hacerlo posible", explica.
Ahora, dice, es el momento de que los pequeños "disfruten, se lo pasen bien y crezcan ahí, en esos valores de cuidarse entre ellos y respetarse". Y, dado que es el primer proyecto de estas características que Kellogg's pone en marcha, ahora van a esperar a "ver cómo funciona" y con el feedback de los niños y niñas, indica Entero, "probablemente iremos a más".