Vista panorámica de camiones descargando en un polígono industrial con techos solares.

Vista panorámica de camiones descargando en un polígono industrial con techos solares. Bim Istock

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El reto técnico y legal de convertir los techos industriales en solares: el autoconsumo colectivo podría ser la clave

Expertos en autoconsumo eléctrico advierten de las dificultades que enfrentan las empresas para convertirse en autosuficientes energéticamente.

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¿Podemos imaginar una industria, pequeña o mediana, que se aprovisione de energía limpia y barata a sí misma, e incluso ayude a convertir en más renovable el resto de consumos? ¿Polígonos empresariales convertidos en grandes centrales solares que no solo contribuyan a la tan anunciada reindustrialización europea, sino también a descarbonizar la economía? Pues depende. Ni está claro que sea tan sencillo técnicamente ni, ahora mismo, la burocracia lo permite, con diferentes posiciones entre expertos y empresas.

"Los polígonos industriales son zonas realmente muy interesantes en lo que a instalaciones de autoconsumo porque tienen grandes extensiones de cubierta que no se utilizan para nada más y donde se podrían ubicar instalaciones solares fotovoltaicas de gran tamaño", explica Laura Feijóo, coordinadora del área de autoconsumo en la cooperativa ECOOO y perteneciente a la Alianza por el Autoconsumo, que agrupa a diferentes agentes y organismos del sector.

"Uno de nuestros objetivos debería ser utilizar al máximo esos polígonos, porque son grandes superficies en las que paneles solares no molestarían, digamos, ni por cuestiones estéticas ni, lo más importante, medioambientales", añade. "Son zonas ya antropizadas y que no están protegidas. Y además, muchos polígonos ya buscan ser de autoconsumo por una cuestión de ahorro".

Es en las industrias de más consumo energético "donde más fotovoltaica podemos instalar con más ventajas. Por una parte, es un gran gasto que deja de hacerse con energía más perjudicial por el medio ambiente, por otro, es un ahorro para las mismas porque lo que consumen lo autoproducen ellos mismos, va a ser más barata casi siempre".

Los retos legales

¿Cuál es el problema? "Que, por cómo está la regulación, especialmente en lo que se refiere a cómo realizar la tramitación de estas instalaciones, ya sea individual de una sola empresa como de forma colectiva de todo un polígono o instalación industrial, al final están haciendo por instalaciones de menos potencia de la que podrían instalar", añade Feijóo. 

"Por una parte, porque esa ventaja que pueden tener las instalaciones pequeñas, de menos de 100 kw, de tramitación simplificada de los excedentes, de vender, o ahorrar más, a partir de lo que viertes a la red, no aplica en instalaciones tan grandes", añade la experta. "Así que o se instalan menos o deciden no servir a la red, que sea solo para autoconsumo, sin excedentes, y se desaprovecha su potencial". 

Desde la Alianza por el Autoconsumo se propone ampliar la tramitación simplificada de los 100 kw a los 450 kw, lo cual se ajustaría más a las necesidades de las empresas, y además agilizar el trámite, que actualmente implica un año o dos de espera. Por último, añade "menos exigencia técnica a la hora de conectar ciertas instalaciones", es decir, de conectar a todo un polígono industrial en su conjunto en lugar de empresa por empresa. 

Por su parte la Unión Española Fotovoltaica (Unef) añadió otras peticiones en su V Cumbre de Autoconsumo, celebrada el pasado abril, como por ejemplo ampliar hasta 5.000 metros la distancia máxima permitida entre los puntos de generación y de consumo en las instalaciones de autoconsumo con excedentes, un aspecto especialmente relevante para entornos rurales o polígonos industriales con dispersión de infraestructuras. Otra reclamación, habitual más allá de estos enclaves, es la creación de la figura del gestor de autoconsumo colectivo.

Autoconsumo colectivo

Desde el propio sector eléctrico se apunta a otra clase de dificultades, menos legales y más materiales: cubiertas de naves industriales que no son aptas para soportar el peso de placas solares, compañías de seguros que se niegan a cubrir naves con placas solares porque suponen un mayor riesgo de incendios… o las naves que son alquiladas por la empresa, por lo que la instalación de placas solares en sus cubiertas requiere de la financiación y de la autorización de los arrendadores.

Laura Feijóo explica, por ejemplo, que con la legislación actual se hace complicado que se conciba el espacio como conjunto. "Si pensamos en un polígono industrial, es muy habitual, que convivan diferentes tipologías de empresas. Y puede estar una que sea muy intensiva en el consumo eléctrico, pero que tenga poca cubierta y, sin embargo, al lado tiene, por ejemplo, una empresa logística, que son naves y naves enormes, llenas de camiones, por ejemplo, pero que tienen poquito consumo. Tendría más sentido hacer una instalación en la cubierta grande que dé suministro a varios contadores, digamos. Esto sería una instalación de autoconsumo colectivo, que podría ser también una comunidad energética". 

Ahora bien, ocurre que "muchas empresas que no se atreven a dar este paso, a hacer un autoconsumo colectivo, porque igual la tramitación ahora mismo es compleja, y conlleva unos tiempos de trámites administrativos enormes, que a lo mejor hace que procesos que deberían estar en dos meses se realicen en doce. Y no sale a cuenta la inversión".