
Una sesión de trabajo en el proyecto 'Boquercom'.
Estos 'guiris' de Málaga están creando un traductor en tiempo real para poder ir a eventos en español
El proyecto Boquercom propone sumar una segunda pantalla con traducción simultánea en inglés para integrar a la comunidad internacional en el ecosistema.
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El programador británico Ian Moss se sentó en una charla sobre visión artificial en un evento tecnológico en Málaga y no se enteró de nada. No por falta de interés —al contrario, el tema le fascinaba— sino porque la presentación era en español, y su nivel en este idioma no le alcanzaba para seguir los detalles técnicos. "Realmente quería entenderla, pero no podía", recuerda en una entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga.
Fue entonces cuando se le ocurrió crear Boquercom, un traductor en tiempo real de español a inglés que se proyectaría de forma paralela en una segunda pantalla lateral y podría ofrecerle a extranjeros como él una oportunidad de formar parte de los eventos de la comunidad local. Podría ser como los títulos iniciales de Star Wars, bromea.
"Quiero ir a más eventos en español y entender realmente qué está pasando. Hay mucha gente que también quiere aprender el idioma, pero necesita un puente hacia las comunidades hispanohablante", reflexiona Moss. Para él, los perfiles internacionales que llegan a Málaga corren el riesgo de caer en lo que él llama "la trampa del expatriado" y solo hablar en inglés con otros extranjeros.
En una situación un poco distinta estaba Greg Blumenthal, su compañero de proyecto en Boquercom. Él vive en La Trinidad y está casado con una esposa mexicana, por lo que maneja el idioma. Para él, el reto no está tanto en el idioma sino en fomentar que se puedan compartir espacios entre las comunidades angloparlantes e hispanohablantes. El bilingüismo simultáneo en las charlas podría ayudar a ello.
"Con el tiempo, cada vez irá a mejor", reflexiona Blumenthal: "Ya en el Centro oyes mucho alemán, mucho ruso... Todos esas personas al final hablan inglés, pero no siempre español".
Ambos forman parte de un equipo que se reúne cada semana los lunes por la mañana en formato de videollamada para avanzar en este traductor en vivo español-inglés. Habitualmente son tres o cuatro personas de procedencia internacional que se han sumado tras difundir el proyectos en varios grupos de Whatsapp. Todos programan conjuntamente sobre un único terminal, una metodología conocida como mob programming.
"Hemos unidos personas de diferentes culturas, incluidos algunos españoles, pero siempre hay hueco para que más personas se involucren", lanza el guante Ian Moss: "Cada semana he intentado traer más desarrolladores españoles, pero ha sido un poco complejo. La mayoría están en trabajos de jornada completa y les cuesta encontrar tiempo libre".
Él cree que sería "genial" si alguna empresa quisiera involucrarse en el proyecto. "Quizás las compañías pudieran comprenderlo como una hora de entrenamiento y aprendizaje para sus empleados", razona: "Es todo código abierto y se puede reutilizar internamente". Además de conformar al equipo, el otro gran reto está siendo el tecnológico.
"Estamos juntando diferentes componentes y a veces no cuadran exactamente. Tenemos que ajustarlas un poquito para hacer que funcionen. Ahí es donde realmente tenemos el trabajo", comenta Greg Blumenthal: "No vamos a reinventar ninguna inteligencia artificial, sino que ordenamos sus componentes de una manera novedosa. Ahí está el verdadero proyecto técnicamente".
Utilizan modelos de IA que están evolucionando "a pasos agigantados", en palabras de Moss. Apuestan por almacenar la información localmente y en el futuro no descartan optimizar su propio modelo: "Un buen final para esto sería ser capaces de hacer la herramienta sin Google, sin Microsoft y sin Facebook", plantea Blumenthal. "¡Incluso sin OpenAI algún día!", añade Moss.
"Si me das un par de ordenador de gaming, juntamos a un grupito, nos das pizza por debajo de la puerta y podemos trabajar a partir de algunas de las IA de código abierto", bromea Greg Blumenthal sobre la hoja de ruta para construir su modelo independiente de las grandes tecnológicas estadounidenses: "Así, no tienes que dar tus datos ni tu dinero a lugares a donde no quieres mandarlos".
Lo que sí que quieren hacer los impulsores de esta iniciativa es construir un puente entre la comunidad tecnológica malagueña y la internacional. "Yo creo que, conforme más tiempo estén en Málaga, más gente tendrá curiosidad respecto a qué hay al otro lado de la burbuja internacional y querrán ir a eventos en español", concluye Ian Moss: "Cuando eso ocurra, esperamos que puedan enterarse de qué va la cosa con Boquercom".