
Los primeros trolebuses usados en A Coruña, el día de su primer servicio, en 1948, en la plaza de Pontevedra.
Ofrecido por:
Érase una vez el 'trole': semblanza del precursor del autobús urbano en A Coruña
Los trolebuses de la Compañía de Tranvías, alimentados con electricidad y conectados a catenaria, aparecieron en la ciudad en 1948 como relevo de los tranvías, llegaron a tener dos pisos y desaparecieron a finales de los setenta por la consolidación de los buses del transporte público, que hoy busca definir un nuevo modelo
Te puede interesar: El estudio de transporte urbano de A Coruña contempla encuentros con barrios de marzo a junio
En la voz de los abuelos alguna vez oímos hablar de los trolebuses, los troles; también de los más viejos tranvías que sobre raíles movían a los coruñeses por la ciudad; más tarde, de los autobuses urbanos que hasta hoy unen barrios a través de sus líneas. Los antiguos trolebuses, con solo visualizarlos en la memoria o verlos en fotografías de un lejano pasado, recuperan un tiempo al que el ciudadano aún puede regresar, por comparación, cuando ahora divisa en un futuro próximo el modelo de bus urbano que desea para A Coruña.
Los vecinos llevan más de un mes usando el buzón de sugerencias abierto por el Concello para exponer propuestas que definan el nuevo transporte público, cuya concesión a cargo de la Compañía de Tranvías está prorrogada desde el pasado 1 de enero. Los más nostálgicos se acordarán seguramente de los troles, aquellos buses eléctricos (algunos de dos pisos) alimentados por dos listones conectados a una catenaria de tendido eléctrico que a mediados del siglo XX movilizaron a los coruñeses. Su circulación por las calles, explotada por Tranvías, permanece congelada en la memoria de las fotografías.
Hay que retroceder a julio de 1948 para ver avanzar el primer trolebús en una A Coruña en la que los abarrotados tranvías facilitaban los desplazamientos colectivos como sucesores de los antiguos tranvías arrastrados por mulas desde comienzos del siglo XX. Troles y tranvías compartieron un tramo en la línea estrenada aquel año por los primeros, entre la plaza de Pontevedra y el barrio de Monelos a través de la calle Juan Flórez. Salía del centro de la ciudad cada diez minutos entre las 8:00 y las 23:00 horas y el viaje costaba 50 céntimos de peseta.

Niños de A Coruña suben a un trole sin pagar mientras circula por Los Cantones.
El primer proyecto de trolebús para A Coruña se había presentado en 1941, cuando ya funcionaban en Pontevedra, en Barcelona y en Bilbao. Tranvías adquirió ocho vehículos, fabricados por la empresa Hispano Suiza a partir de 1945. Con su estreno poco después, el tranvía empezó a perder usuarios: en 1949 dejó de circular en la céntrica calle San Andrés, por donde lo hacía desde comienzos de siglo XX, y dos años después puso fin a su recorrido entre Puerta Real y Monelos.
La expansión del trole
A comienzos de 1950 hay dos servicios de trolebús en la ciudad: uno es el que opera Tranvías, el otro a cargo de otra compañía entre A Coruña y Carballo a través de la catenaria de la red eléctrica, con cabecera en la calle Francisco Mariño (35 kilómetros, 75 minutos, 60 plazas); duró hasta 1971 y contribuyó a comunicar mejor y modernizar la comarca de Bergantiños.
El trole municipal fue creciendo en aceptación popular al tiempo que el tranvía perdió viajeros y, por tanto, beneficios. A mediados de los años cincuenta la Compañía de Tranvías compró y alquiló nuevos vehículos a otros fabricantes y en esta década empezó a cubrir una línea entre Cuatro Caminos y Os Castros.
El tranvía apaga su motor en 1962, en su línea a Ciudad Jardín, diez años antes de que desapareciera en Barcelona y Madrid. El billete costaba 30 céntimos, frente a las más de 2 pesetas del boleto del trole, consolidado como servicio más cómodo y rápido. Además, su popularidad crecería con la llegada de los vehículos de dos pisos, exactamente como los famosos buses del transporte público de Londres.

Un trole de dos pisos, como los de Londres, circula por Puerta Real.
Hasta 18 de estos trolebuses de segunda mano adquiridos a London Transport fueron desembarcados en el puerto de A Coruña en febrero de 1961, una maniobra que causó gran expectación entre los vecinos. En el verano de ese año ya se usa el primero de ellos.
Tranvías hace crecer su flota y se nutre de unidades de otras empresas (Tranvía Eléctrico de Vigo y Tranvía Eléctrico de Pontevedra) hasta llegar a los 51 vehículos, aunque no todas conservan el piso superior. Ocho con los dos niveles los compró la concesionaria del servicio hasta Carballo.
Doce líneas
En 1968, un plano de la ciudad reproducido por Tranvías en el libro de 2023 que repasa con textos y fotos los 120 años de trayectoria de la empresa en A Coruña indica las líneas entonces operativas por el trolebús. Son 12 en total. Los vehículos llegaban hasta la avenida de Hércules, San Amaro y Puerta Real por un lado de la ciudad, y hasta Labañou, San Pedro de Visma, San José, la avenida de Os Mallos y Os Castros por otro, con la plaza de Pontevedra como nudo donde confluían casi todas las líneas. Los troles acababan también en San Cristóbal y Monelos, pero aquel año estaban suprimidas las dos líneas por las obras de construcción de los polígonos de Elviña y San Pedro de Mezonzo.

Inauguración de trolebuses en la Marina.
A mediados de aquella década, el trole comparte calles con un nuevo compañero de movilidad, el bus urbano, que le irá ganando terreno debido al propio desarrollo y crecimiento de la ciudad, con nuevas obras que limitan la circulación y condicionan los servicios de transporte.
Los buses tienen una flexibilidad, rapidez y adaptación al tráfico de las que carecen los trolebuses. Tranvías, que entre usuarios de uno y otro medio de transporte, supera los 30 millones de viajes al año, planifica ya un relevo en el que tiene un peso clave el precio de los vehículos: el bus cuesta 700.000 pesetas, el trole 2,5 millones.

Usuarios de distintas edades en el interior de un trole de A Coruña.
La ciudad crece, la población también, y aparecen nuevos barrios en los años setenta. El transporte público quiere llegar más lejos, al tiempo que los hogares con economías más holgadas empiezan a movilizarse en vehículos privados. El bus relega al trole, que pierde líneas o reduce su horario, limitado a días laborables para ahorrar costes. A comienzos de 1979 realiza su último servicio, más de treinta años después de su sorprendente irrupción.
Una huella "clave" pero limitada
Hoy pocos coruñeses se acuerdan del trolebús. Alguna vez han leído sobre algún proyecto poco conciso para implantar un metro ligero en la ciudad. Y varias veces más han escuchado hablar sobre una renovación de las líneas del bus urbano. Tranvías, con la concesión caducada y prorrogada, aspira a mantener un servicio que pasa por la renovación de parte de su flota de vehículos y por la adaptación a las exigencias que los ciudadanos transmiten.

Vista aérea de las cocheras de Tranvías a finales de los años sesenta, en la zona actual de Os Rosales.
Los viejos troles han sido, y son, parte del largo proceso de la empresa por actualizar su operatividad. "Cubrieron una parte clave del servicio de transporte público, una época marcada por su mejora y por el crecimiento y esplendor de A Coruña, atendiendo las necesidades de la periferia", concede Ignacio Prada, director de la Compañía de Tranvías.
"Los trolebuses no eran tan dinámicos ni versátiles como los buses, pero su llegada a la ciudad supuso una revolución. Sobre todo la de los que se compraron en Londres, que hubo que adaptar a la circulación europea", repasa Prada. Señala que incluso las huellas de los viejos troles, los raíles sobre los que se movían, aún permanecen en la ciudad, aunque ocultas bajo el asfalto que con los años los fue enterrando.