Bodegas Tradición, Jerez de la Frontera.

Bodegas Tradición, Jerez de la Frontera.

Actualidad gastronómica

Sumergirse en bodegas catedral, tapeo sanluqueño y otros planes para descubrir el Marco de Jerez

Desde Jerez a Chiclana de la Frontera, pasando por Sanlúcar de Barrameda y El Puerto de Santa María, cuatro rutas para disfrutar de los sabores de la región. 

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La primavera trae consigo no solo el buen tiempo, sino también la oportunidad perfecta para sumergirse en la cultura vinícola y gastronómica del Marco de Jerez. Con su rica tradición enológica, su cercanía al Atlántico y su oferta gastronómica excepcional, esta región se ha consolidado como uno de los destinos más atractivos para los amantes del vino y la buena mesa.

El enoturismo como motor de viaje

Según el último informe de la Ruta del Vino y el Brandy del Marco de Jerez, el enoturismo es ya el segundo principal motivo de visita a la provincia de Cádiz, solo por detrás del ocio vacacional. Y no es para menos: con un 94% de visitantes dispuestos a repetir la experiencia y un aumento del 12% en las visitas a bodegas, la región vive un auge sin precedentes.

Para quienes deseen adentrarse en este universo de aromas y sabores, una ruta de cuatro días por Jerez de la Frontera, Sanlúcar de Barrameda, El Puerto de Santa María y Chiclana de la Frontera ofrece un recorrido inolvidable entre bodegas centenarias, tabancos con solera y espectaculares maridajes junto al mar.

Jerez de la Frontera: tradición ecuestre y bodegas catedral

La catedral de Jerez.

La catedral de Jerez.

El viaje comienza en Jerez de la Frontera, cuna de los célebres Vinos de Jerez y la Manzanilla. La mañana invita a descubrir el arte ecuestre en la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, donde los caballos cartujanos bailan al ritmo del flamenco.

El mediodía es el momento perfecto para degustar la cocina local en restaurantes como La Carboná o Pedro Nolasco, donde los platos tradicionales encuentran el maridaje ideal en los vinos de la tierra.

Pero el alma de Jerez reside en sus bodegas catedrales, auténticos templos del vino donde la crianza bajo velo de flor da lugar a joyas enológicas únicas. Bodegas icónicas como Lustau, Tradición, González Byass o Fundador abren sus puertas para revelar los secretos del envejecimiento del jerez y el brandy. La jornada se cierra en un tabanco tradicional, como El Pasaje o Las Banderillas, donde los vinos se sirven directamente desde la bota, en un ambiente que respira historia y autenticidad.

El Puerto de Santa María: mar y vino en perfecta armonía

El tercer día arranca con un paseo en catamarán por la Bahía de Cádiz, una experiencia única para contemplar la costa gaditana y degustar vinos de Jerez con vistas al mar.

De regreso a tierra, el mediodía es el momento de saborear la excelencia gastronómica en El Faro del Puerto, donde los pescados y mariscos se reinventan con toques de vanguardia.

La tarde se tiñe de historia con una visita al Castillo de San Marcos y la Basílica Menor de Nuestra Señora de los Milagros, antes de adentrarse en la tradición vinícola de la ciudad en bodegas como Osborne o Gutiérrez Colosía.

Sanlúcar de Barrameda: entre Doñana y la Manzanilla

Sanlúcar de Barrameda, tierra de manzanillas.

Sanlúcar de Barrameda, tierra de manzanillas.

El segundo día nos lleva a Sanlúcar de Barrameda, donde la desembocadura del Guadalquivir y el Parque Nacional de Doñana ofrecen una experiencia única de naturaleza y biodiversidad.

El almuerzo se disfruta en el casco histórico, en tabernas emblemáticas como Casa Balbino o Casa Bigote, donde las tortillitas de camarones y los langostinos de Sanlúcar son protagonistas.

Por la tarde, una visita a las Bodegas Barbadillo permite conocer el Museo de la Manzanilla y entender el proceso de crianza de este vino tan característico. La jornada finaliza con un tapeo en Bajo de Guía, donde la brisa marina y el sonido de las olas acompañan platos como el cazón en adobo o las coquinas al ajillo.

Chiclana de la Frontera: enoturismo y relax junto al Atlántico

El viaje concluye en Chiclana de la Frontera, donde bodegas como Primitivo Collantes y Manuel Aragón ofrecen una última inmersión en el universo del vino.

Tras la visita, no hay mejor forma de despedirse del Marco de Jerez que con una tarde de descanso en la playa de La Barrosa, donde el Atlántico brinda el escenario perfecto para cerrar esta escapada enológica.