
Alberto Núñez Feijóo, entre los miembros de la dirección actual del PP, este lunes tras su discurso ante el Comité Ejecutivo Nacional.
Feijóo propondrá primarias a una sola vuelta y tomará una decisión sobre Mazón tras el congreso del PP en julio
Feijóo prevé ser candidato único, aprobar "una especie de programa de oferta inmediata" e incorporar nombres "con experiencia de Gobierno" a la dirección nacional.
Más información: Mazón expresa todo su apoyo a Feijóo para el congreso nacional y evita valorar las "rumorologías" sobre su salida.
Alberto Núñez Feijóo convocó este lunes el congreso nacional del Partido Popular para los días 5 y 6 de julio en Madrid. Será un cónclave de marcado carácter orgánico en el que, según fuentes de la dirección nacional consultadas por EL ESPAÑOL, el líder del PP será reelegido "sin oposición interna" y con un cambio estructural relevante: Feijóo quiere unas primarias puras para el PP, en contra de lo sospechado hasta ahora.
Será un cónclave híbrido entre extraordinario y ordinario: lo primero, porque se celebrará nueve meses antes de lo que toca. Y lo segundo porque el presidente y candidato a la reelección planteará dos ponencias: la de cambio de estatutos, que prevé esa eliminación de la segunda vuelta congresual de las primarias; y otra una política, para armar "una especie de programa electoral de oferta inmediata", según fuentes de la dirección.
El líder del PP sabe que su liderazgo interno tiene la potencia suficiente como para imponer el modelo de partido que más le conviene. "La interna del partido está calmada, tranquila y unida", resume uno de los principales cargos orgánicos del PP. Y un barón territorial añade: "No hay dudas respecto al liderazgo, todos estamos seguros de que Alberto será el próximo presidente del Gobierno".
Aunque es consciente de que las encuestas —todas salvo las del CIS— apuntan a su llegada a Moncloa tras las próximas elecciones generales, el político gallego está preocupado por que los sondeos no le hacen despegar... por dos motivos: su grado de popularidad ya no vive del efecto Feijóo del primer año —"cuando todo era para arriba", apunta otro alto cargo—, y por la rémora que supone la figura de Carlos Mazón en Valencia.
Despejar a Mazón de la ecuación
Varias fuentes en el PP valenciano interpretaron este lunes que la decisión de Feijóo supone un "cambio de ritmo" en todo lo relacionado con Mazón. Frases del político gallego como "hay mucho que hacer, y hay que empezar ya" son, a su juicio, la muestra de que Feijóo lo quiere tener "todo atado" para enfrentarse a un posible adelanto electoral.
Y su gran factor distorsionador es, sin duda, el presidente de la Generalitat. Hasta la fecha, la operación relevo era un escenario improbable a corto plazo. Pero ya no: tomará una decisión definitiva tras el congreso.
Hay dos interrogantes: quién relevaría al president y si Vox estaría dispuesto a apoyar a esa persona. En cuanto a lo primero, todos los consellers quedan descartados, incluso la presidenciable Susana Camarero, porque renunciaron al acta en Les Corts cuando tomaron posesión del cargo.
La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, era la favorita para Génova, pero ella misma se descartó en una reciente entrevista con EL ESPAÑOL.
Lo cierto es que apartar a la alcaldesa sería "desvestir a un santo para vestir a otro", según fuentes de Génova, y por eso el nombre de Juanfran Pérez Llorca, actual portavoz y número dos del partido, sube enteros. Es una persona cercana a Mazón, con simpatías dentro del partido y que tiene buena relación con Vox.
Por el momento, y con Francisco Camps "enredando" desde fuera, nadie se atreve a vaticinar nada. Los movimientos han de ser bien calculados, y dentro del PPCV algunas fuentes insisten en que todo debería estar, al menos, pactado con Mazón sin imposiciones para evitar abrir en canal al partido.
"Todo el ruido del partido nos da igual", apuntan fuentes de Presidencia. "Es una absoluta irresponsabilidad y una pérdida de tiempo hablar de todo lo que no sea la reconstrucción".
Y eso mismo dicen Feijóo y su entorno... otra cosa es que Mazón entre en la ecuación del líder nacional para ese "modo futuro desde ya" con el que quiere tener preparada su candidatura "por si Sánchez cae o trata de sorprender en cualquier momento", con elecciones.
Adelanto "técnico"
El congreso ordinario tocaba en abril del año 2026, pero desde la cúpula popular justifican el adelanto por razones "técnicas". Es decir, por un lado, porque Feijóo "no se fía" de que Sánchez le pudiera contraprogramar... y la aceleración de plazos en el PP ya se lo impide.
Segundo, porque ya ha aprendido la lección de 2023, cuando el presidente del Gobierno pilló al PP con el pie cambiado, tras arrasar en las municipales y autonómicas.
Y finalmente, porque cumplir el calendario estatutario le llevaría a coincidir con "un periodo electoral muy delicado", apunta un portavoz cercano al líder. Un congreso en abril se celebraría apenas dos meses después de los comicios en Castilla y León, previstos en febrero, "o marzo a más tardar", y sólo dos antes de los de Andalucía, que serán en junio.
Para entonces, además, el partido necesita haber renovado ya sus estructuras regionales, al menos en esas dos autonomías. Por eso, celebrar antes el congreso nacional ofrece "más estabilidad" y margen de maniobra.
Cambios en la dirección
La redacción definitiva del proyecto se encargará a un ponente que será designado en los próximos días, y confirmado por la Junta Directiva Nacional. El máximo órgano del partido entre congresos se reúne el lunes que viene.
En ese momento se sabrá si los nuevos estatutos afectarán también a los congresos regionales. Algunos líderes autonómicos ya lo piden: "El PP es un partido tradicional, disciplinado… no tendría sentido que el modelo fuese distinto en cada nivel". Pero la ponencia estatutaria y política no serán la única novedad.
Porque para el objetivo de "recuperar a España del sanchismo", el político gallego ya está sondeando nombres para incorporar a su dirección nacional. "Gente con experiencia de Gobierno y dispuesta a sacrificar carreras exitosas en el sector privado por el futuro de España", apuntan fuentes cercanas a Feijóo.
Su llegada a la presidencia del PP, en otro congreso extraordinario, esta vez en Sevilla en mayo de 2022, impidió al político gallego hacer un equipo completamente a su gusto. Ya lo demostró con algunos retoques forzados, al recuperar a Borja Sémper en marzo de 2023, como portavoz de campaña, y con el cambio del Comité de Dirección en noviembre de 2023, cuando dio entrada a cuatro mujeres más: Paloma Martín, Ester Muñoz, Ana Alós y Noelia Núñez.
Feijóo llegó al liderazgo por aclamación, tras la llamada "rebelión de los barones" contra el intento del entonces presidente del partido de desacreditar públicamente a Isabel Díaz Ayuso con acusaciones de corrupción familiar.
La crisis sin precedentes en la dirección nacional, colocó al PP por debajo de Vox en los sondeos y forzó una solución pactada entre los principales líderes territoriales: el presidente gallego sería el nuevo líder sin necesidad de enfrentarse a nadie. Pero la división interna de la llegada de Casado se había querido gestionar con "ordeno y mando" por parte de su número dos, Teodoro García Egea, y había tornado en ruptura.
La doble misión de ganar las elecciones, cumplida en cada convocatoria, y recoser el partido, se ha cumplido. No hay que olvidar que a Cuca Gamarra la heredó Feijóo como secretaria general y le dio la portavocía parlamentaria en la primera etapa...
No volver "a la búlgara"
Aquel sistema de "un militante, un voto", pero acompañado de una segunda vuelta ante los compromisarios, fue estrenado en el congreso extraordinario de 2018 con resultados convulsos. Soraya Sáenz de Santamaría ganó en la votación de los militantes, pero Casado terminó imponiéndose gracias a los delegados y el apoyo de María Dolores de Cospedal, que no podía ver a su otra rival al frente de la formación conservadora.
El proceso, que arrancó con hasta seis candidatos y "lleno de frikis" —en palabras de un líder actual—, provocó un profundo desgaste interno y abrió heridas que aún colean. "De hecho, todavía hay quienes no se hablan desde aquel congreso", recuerdan algunos de los que lo vivieron en primera persona.
La dirección del PP se prepara ahora para suprimir esas primarias a doble vuelta que dividieron al PP en 2018 y legitimaron a Pablo Casado, que había quedado tercero en el voto de los militantes. Un mecanismo heredado de la etapa final de Mariano Rajoy que, según altos cargos, "fue fuente de tensiones".
Feijóo siempre se manifestó contrario al sistema de primarias para el PP por este motivo. Pero numerosos dirigentes del partido le han estado advirtiendo de que suprimirlo, y regresar a los congresos "a la búlgara" sería un mensaje "nefasto" para la militancia y, sobre todo, "le daría combustible al sanchismo para seguir acusándonos de ser lo mismo que Vox", el único gran partido que sigue eligiendo su liderazgo "a dedo".
Ahora, con toda la formación en fila, cuenta con plena libertad para actuar. "No hay dudas respecto al liderazgo, todos estamos seguros de que Alberto será el próximo presidente del Gobierno", apunta un barón territorial... y eso significa que en las próximas generales, la única duda en el PP no es si gobernarán, sino si lograrán "el último empujón de confianza" en los votantes para hacerlo solos, "sin necesidad de pactos".
Y eso culminaría "su misión orgánica", sostiene un dirigente de su confianza. "Desde que llegó, ha ganado todas las elecciones. Sólo nos quedamos a cuatro escaños de gobernar el 23-J... y eso ya no va a pasar", subraya la misma fuente.
El objetivo de fondo, admiten, es alcanzar esa "mayoría suficiente" para gobernar sin necesidad de mirar a Vox: "Si lo conseguimos, habremos cabalgado la ola perfecta, echando al sanchismo y evitando que la cuarta economía del euro siga los pasos de Alemania, Francia o Italia, donde la ultraderecha está tomando posiciones".