Un plato con torrijas (Imagen de archivo)

Un plato con torrijas (Imagen de archivo) ASIFE iStock

Saludables

Ni en el horno ni en la airfryer: así preparo unas torrijas sin grasa y en un momento, dicen que están deliciosas

El capricho dulce de la temporada, también puede hacerse en versión ligera y muy rica.

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La Semana Santa es sinónimo de tradiciones y pocas cosas la representan tan bien como un buen potaje de vigilia o unas buenas torrijas caseras. Son parte del panorama gastronómico de estas fechas y no hay nada de malo en disfrutar del placer de estos platos en su versión más tradicional, porque llevar una vida saludable es ser capaces de encontrar un equilibrio entre lo que nos sienta bien y es bueno para la salud física y lo que nos gusta y nos hace felices.

Pero en la mesa, igual que hay espacio para la tradición, también lo hay para la evolución. Ahora conocemos métodos de cocción y tenemos electrodomésticos para cocinar más rápido y con menos grasas que, cuando nuestras abuelas aprendieron a cocinar sus gloriosas torrijas, solo eran un sueño. Hoy, además, podemos preparar versiones que también están muy ricas, que son mucho más ligeras y fáciles de preparar y que pueden convivir perfectamente con la receta original. Estas torrijas de la receta de hoy, no son ni mejores ni peores que las torrijas de abuela, simplemente, son otra opción que puede adaptarse mejor a las circunstancias o a los deseos de muchas personas.

Unas torrijas rápidas de hacer y más ligeras

Desde el punto de vista nutricional, esta receta de torrijas, que las vamos a hacer en el microondas, es una alternativa más saludable frente a la versión tradicional, en la que se fríen las rebanadas de pan en abundante aceite. Al eliminar el proceso de fritura y sustituirlo por la cocción en microondas, se reduce casi totalmente la cantidad de grasa y, en consecuencia, estas torrijas tienen muchas menos calorías. Este cambio puede ser especialmente beneficioso para personas que desean disfrutar de un postre clásico sin comprometer tanto su ingesta energética diaria.

Utilizando leche semidesnatada en lugar de leche entera, también se reducen la cantidad de grasas saturadas en la receta. Aunque la leche sigue aportando nutrientes esenciales como el calcio y las proteínas, se minimiza su aporte calórico. Además, al reducirse la cantidad de azúcar añadida o sustituirse por un edulcorante, esta versión ofrece una mayor flexibilidad para controlar el índice glucémico del postre, algo importante para personas con diabetes o que deban seguir dietas de bajo contenido en azúcares refinados.

Al emplear el microondas como método de cocción, se puede evitar la formación de compuestos potencialmente perjudiciales para la salud que pueden generarse durante la fritura por tiempo prolongado a altas temperaturas, como la acrilamida. Además, dando un golpe final de grill, se puede conseguir un acabado dorado similar al de la fritura sin necesidad de utilizar las grasas necesarias para ésta.

Más fáciles de hacer y menos tiempo de limpieza

La logística y la operativa necesaria para preparar esta receta de torrijas rápidas en microondas también supone algunas ventajas significativas frente a la versión tradicional. El proceso se simplifica notablemente al eliminar la necesidad de utilizar una sartén con aceite caliente, lo que no solo reduce el tiempo total de preparación, sino también el desorden, y facilita la limpieza posterior de la cocina.

Otro aspecto importante es la reducción de olores y el no tener que gestionar los residuos derivados de la fritura. Al no utilizar aceite en grandes cantidades, estamos evitando la formación de humos, las indeseables salpicaduras de grasa y el molesto "olor a fritanga" en la cocina, algo muy de agradecer, sobre todo, en pisos pequeños o con cocinas abiertas al salón, en los que fríes dos torrijas y huele a fritura en toda la casa.

Ingredientes para hacer torrijas ligeras y rápidas

  • Pan del día anterior (de barra, para torrijas o rebanadas gruesas de pan de molde), 4 rebanadas
  • Huevos, 2 ud
  • Leche semidesnatada, 75 ml
  • Canela en polvo, 1/2 cucharadita
  • Azúcar, 1 o 2 cucharaditas (o edulcorante equivalente)
  • Mantequilla, 1/2 cucharadita
  • Una pizca de sal, opcional

Paso 1

Batimos los huevos en una fuente amplia y añadimos la leche y la canela en polvo. Si preferimos unas torrijas más dulces, podemos incorporar también 1 cucharadita de azúcar en este momento. Opcionalmente, podemos añadir una pizca de sal para potenciar el sabor del conjunto. Mezclamos bien hasta obtener una mezcla homogénea.

Paso 2

Colocamos las rebanadas de pan en la fuente con la mezcla anterior. Las dejamos un par de minutos y les damos la vuelta con cuidado para que se empapen completamente por ambos lados, procurando que no se rompan.

Paso 3

Engrasamos una fuente o recipiente apto para microondas con la mantequilla. Acomodamos las rebanadas de pan ya empapadas en la fuente y la tapamos con un trozo de papel de horno. El papel de horno es importante porque permitirá que, en esta primera etapa, la torrija se cueza al vapor y quede mucho más jugosa.

Paso 4

Cocinamos las torrijas en el microondas a una potencia de 800 vatios durante 2 minutos. Este tiempo puede variar ligeramente según el modelo de microondas, pero en general es suficiente para que cuajen.

Paso 5

Retiramos la fuente del microondas, espolvoreamos las torrijas con una pizca de azúcar y las colocamos de nuevo en el microondas, esta vez utilizando la función grill.

Paso 6

Gratinamos durante 5 a 6 minutos, o hasta que veamos que la superficie de las torrijas comienza a dorarse al caramelizarse el azúcar. En mitad del tiempo de cocción, si usamos una bandeja alargada, intercambiaremos la posición de las torrijas del centro con las de los extremos para conseguir un dorado más uniforme.

Algunas variaciones para darle un toque personal a estas torrijas rápidas

Sobre gustos no hay nada escrito y hay varias cosas que se pueden hacer para adaptar estas torrijas ligeras a los gustos o preferencias de cada comensal. Esa especia que usaba nuestra abuela para darles un sabor irresistible a las torrijas, también se lo puede dar a esta versión alternativa.

  • Sustituir la leche por bebida vegetal (como avena o almendra). Esto nos permite adaptar la receta a personas con intolerancia a la lactosa o alergia a la proteína de la leche, sin alterar en exceso la textura o el sabor. Cada bebida aporta matices distintos: la de almendra, un toque tostado; la de avena, una dulzura natural muy suave. La de soja yo no la utilizaría, pues la leche de soja, si se calienta en exceso, adquiere una textura granulosa que a muchas personas les resulta desagradable.

  • Añadir ralladura de naranja o limón a la mezcla de huevo y leche. Esta varianate nos aporta un aroma cítrico que realza el sabor de las torrijas sin sumar calorías. Es una forma sencilla y natural de aportar frescura al conjunto, muy tradicional además en muchas versiones regionales de torrijas.

  • Espolvorear con una mezcla de cacao puro en polvo y canela en lugar de solo azúcar. El cacao puro aporta profundidad y un punto de amargor que contrasta muy bien con la dulzura de la base. Al no llevar azúcar añadido, se mantiene el carácter ligero de la receta y puede ser una opción interesante para quienes disfrutan de sabores más intensos o aman el chocolate por encima de todas las cosas.

  • Añadir unas gotas de extracto de vainilla o agua de azahar. Ambas opciones aromatizan suavemente las torrijas y nos recuerdan a otras recetas clásicas de repostería tradicional. La vainilla aporta un toque dulce sin añadir calorías, y el agua de azahar, un matiz floral muy típico de los postres del sur de España y del roscón de Reyes.

  • Servirlas con yogur y fruta fresca por encima en lugar de azúcar. Con esta presentación conseguimos un contraste de temperaturas y texturas, además de aumentar el contenido en fibra, proteínas y vitaminas. De esta manera, podemos convertir estas torrijas en un desayuno o merienda más completo y equilibrado.