
Pedro Sánchez y Sara Aagesen junto a María Jesús Montero y Óscar López, en la sede de Red Eléctrica, durante el gran apagón del 28-A.
El Gobierno desatendió 11 avisos en 5 años sobre el riesgo grave de "desconexiones" en la red eléctrica antes del gran apagón
Feijóo esgrimirá un informe, recopilado por el PP, en el debate de este miércoles. Reprochará a Sánchez que "o no quiso saber o lo supo y no quiso corregir su política energética".
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Durante los últimos cinco años, hasta 11 veces fue avisado el Gobierno del desequilibrio en la red eléctrica que podría estarse gestando por una apuesta demasiado acelerada por las energías renovables, sin guardar el equilibrio con las fuentes de respaldo o no haber hecho las inversiones necesarias en acumuladores que dieran "estabilidad" al sistema. Todos ellos, desde septiembre de 2020 hasta media hora antes del gran apagón del 28 de abril.
Se trata de documentos oficiales de la propia Red Eléctrica, operador único en España en régimen de monopolio, del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), del propio Ministerio de Transición Ecológica o de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). También, de varias empresas del sector e incluso de varios expertos en sus comparecencias en el Congreso.
Es decir, que varios organismos nacionales e internacionales alertaron al Gobierno de Pedro Sánchez sobre la posibilidad de una "desconexión severa" en la red eléctrica nacional. Sin embargo, estas advertencias fueron "ignoradas", según fuentes del PP, hasta que, finalmente, el 28-A se produjo un "cero energético" en toda la Península, que afectó al suministro eléctrico y a las telecomunicaciones en España, Portugal y el sur de Francia.
El Partido Popular sostiene que el Ejecutivo desatendió estos informes deliberadamente, "por un empeño ideológico", poniendo en riesgo la seguridad energética del país en un contexto internacional cada vez más tenso. Y así se lo reprochará este miércoles Alberto Núñez Feijóo al presidente Sánchez, durante el debate de este miércoles en el Congreso.
La situación ha desatado una nueva ofensiva política que no desaprovechará el PP para insistir en la necesidad de que el Ejecutivo "revierta su decisión de cerrar las nucleares, que dan estabilidad y soporte al sistema", en medio del caos y la "desconfianza" generados por el apagón.
España no puede
Feijóo acusará al presidente de "inacción" ante estas advertencias reiteradas y le preguntará si "no quiso saber o si supo, pero no quiso corregir su política energética", según ha podido saber EL ESPAÑOL.
"Toda Europa pendiente de los movimientos de Vladímir Putin para desestabilizar a todo un continente", advierten fuentes de la dirección popular, "pero para poner en apuros a la cuarta economía del euro sólo hace falta una exministra de Zapatero nombrada por Sánchez", lamentan, en referencia a Beatriz Corredor, presidenta de Red Eléctrica.
El líder popular denunciará que "España no puede ser parte de la solución del problema de inestabilidad que afronta Europa cuando no es capaz de garantizar ni el suministro eléctrico, ni las telecomunicaciones, ni las redes de transporte".
El informe que ha recopilado el PP, y al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, detalla uno por uno los once avisos emitidos entre 2020 y 2025, que incluye también a la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad (Entso-e), dependiente de la Comisión Europea.
Los 11 informes
En septiembre de 2020, Red Eléctrica avisó, a través de un estudio propio, de que "la integración de renovables en el sistema peninsular español, dada su limitada interconexión, tiene un mayor impacto con respecto a otros sistemas [...] en cuanto a la estabilidad de frecuencia".
En junio de 2022, fue el OIEA el que advirtió de que "mientras la solar y la eólica deben liderar el impulso de reemplazo a las energías fósiles, necesitan ser complementadas con fuentes estables [...] La nuclear puede ayudar a asegurar sistemas diversos y de bajas emisiones".
Más tarde, en 2024, la red Entso-e auguraba que "debido a la intermitencia de las fuentes renovables, la capacidad no será suficiente para compensar la caída esperada en la generación energética térmica y el aumento de la electrificación prevista para 2035". Es más, añadía que "para asegurar la seguridad eléctrica y cumplir los objetivos climáticos, Europa debe acelerar el despliegue de infraestructuras y soluciones de flexibilidad [...] y acumuladores".
Red Eléctrica volvió a advertir al Ejecutivo en un nuevo informe de sus técnicos en mayo de 2024. En él, bajo el título Criterios Generales de Protección del Sistema Eléctrico español, se anticipaba que "existirán zonas de la Red de distribución que tradicionalmente no eran críticas, pero podrían llegar a serlo, si en ellas se integra una cantidad significativa de estas nuevas fuentes de generación renovables".
Un nuevo aviso lo emitió, en diciembre de 2024, el propio Ministerio de Transición Ecológica de la recién llegada al cargo, Sara Aagesen: "La probabilidad de corte de suministro eléctrico es ahora 5 veces mayor que en 2021", dada la creciente carga de red y "falta de flexibilidad del sistema eléctrico".
Así, "la creciente mayor [sic] penetración renovable distribuida transmite dinámicas locales volátiles a la red de transporte", admitía el mismo MITECO.
Ya este año, en enero de 2025, la CNMC puso negro sobre blanco que "cada vez hay más excedentes de reactiva en el sistema, lo cual está contribuyendo al aumento de tensión. Con la instalación masiva de generación renovable y el consecuente desarrollo de la red, la problemática del sistema [...] requiere hoy como prioridad reducir la inyección reactiva en las horas valle".
Red Eléctrica advirtió, en su Informe de Gestión Consolidado, de febrero, sobre el riesgo de "desconexiones de generación por elevada penetración de renovables sin capacidades técnicas necesarias para el adecuado comportamiento ante perturbaciones".
En este documento oficial, añadía un análisis sobre la "pérdida de generación firme asociada al cierre de centrales de generación convencional". En él reconocía "una mayor dificultad en la operación del sistema, [...] y una posible afección al suministro, lo que a su vez implicaría un perjuicio a la reputación de la compañía".
En marzo, varios expertos que comparecieron en comisión en el Congreso, tal como recoge el diario de sesiones, explicaron que "Red Eléctrica no está preparada para cómo quieren hacer esta transformación". Y añadieron: "No hay energía en el mundo más ecológica que las nucleares. ¿Es necesaria? Sí es necesaria".
El 9 de abril, menos de tres semanas antes del gran apagón, las grandes energéticas también avisaron. Por ejemplo, Naturgy advirtió de que "hasta que haya un mayor despliegue de renovables y haya suficiente capacidad de almacenamiento [...] seguirán haciendo falta la nuclear como producción firme y las centrales de gas como protección más flexible", en palabras de su presidente, Francisco Reynés.
Cinco días antes del "cero energético" fue Repsol la que sufrió en sus carnes esta "inestabilidad" y así lo comunicó al Gobierno en una nota oficial de Fuerza Mayor: "La refinería de nuestro suministrador sufrió el 22 de abril una inesperada caída debido a problemas técnicos con el suministro de energía [...] No tenemos más elección que, por la presente, declarar una fuerza mayor, de modo que nuestras obligaciones de entrega quedan suspendidas de momento".
Y, finalmente, media hora antes del gran apagón, el propio sistema dio sus avisos, al detectar fuertes anomalías. Un intercambio de información constante de las generadoras con el operador del sistema, Red Eléctrica, mostró "claras evidencias" de que la red operaba con inestabilidad y se ponía en peligro la generación.
"No será el último"
Pese a esta cadena de advertencias, el Gobierno ha preferido, según el PP, buscar excusas. "Ante cualquier incidencia siempre busca la posibilidad de culpar a terceros", denuncian los populares.
En este caso, alegan que la hipótesis del "ciberataque" o del "sabotaje" ha servido como "coartada" para eludir responsabilidades y evitar dar explicaciones públicas o pedir disculpas.
El apagón del 28 de abril dejó a millones de ciudadanos sin suministro entre siete y 14 horas, tumbó las telecomunicaciones, afectó a los sistemas de señalización de las líneas ferroviarias, apagó los semáforos y obligó a activar protocolos de emergencia. Pero, según advierten las fuentes técnicas consultadas por el PP, no será el último si no se refuerza urgentemente el sistema.