Entre todas las noticias que te llegan diariamente, ¿serías capaz de detectar cuál es verdad y cual mentira? Yo tengo que reconocerte que cada vez me siento más indefensa.
En mi caso, suelo acceder a las noticias diarias a través de las redes sociales, primer error, y en muchas ocasiones, llegan mensajes que leo antes de mirar su procedencia, y en más de una ocasión me he tragado totalmente un bulo y he tardado un buen rato en darme cuenta que no era real.
Para empezar, me gustaría decir que sigo creyendo que la mejor forma de informarte es acudiendo directamente a tu medio de comunicación de confianza, que lo puedes hacer de forma online si es más fácil para ti, pero también se puede encender una radio o una televisión o incluso, (esto es de locos) comprar un periódico. Soy una gran defensora de la comunicación offline.
En estos casos, tendrás menos posibilidades de que te cuelen un bulo o que tengas que invertir tiempo en comprobar la veracidad de una noticia que te ha llegado gracias a los dichosos algoritmos y, a saber, de dónde ha salido.
He de reconocer que, como buena periodista, este tema me apasiona hasta tal punto que en mi agencia, Pasedeprensa, Santiago Vinagrero y yo hemos realizado un documental hablando de la irrupción de internet y las redes sociales en el mundo de los medios de comunicación, la masificación de noticias falsas, lo que ha provocado una gran desinformación.
Nos preocupa qué se está haciendo para que esta situación no vaya a más y termine provocando graves problemas en la sociedad. Concluimos el documental con la necesidad imperiosa de formar a propios y extraños a través de la alfabetización mediática, para poder enfrentarnos a este mundo donde no sabes realmente quién hay detrás de cada noticia.
Lo más interesante de este documental de 15 minutos, que os invito a visualizar, es que está protagonizado por once periodistas de Málaga con una gran trayectoria y el peso de haber sido testigos de esta rápida transición de la comunicación, motivada por la revolución tecnológica que estamos viviendo.
Entre los periodistas que nos dan su opinión figuran: Juan de Dios Mellado (padre), Manolo Castillo (padre), Pepe Ponce, Inmaculada Jabato, Lola Calvillo, José María Loma, Pedro Luis Gómez, Elena Blanco, Domi del Postigo, Carmen Abenza y Juan Antonio García Galindo. Me gustaría agradecer desde aquí la ayuda prestada por la Asociación de la Prensa de Málaga y el fantástico trabajo que realizan en defensa de la veracidad y el prestigio del periodismo.
Mi gran bulo
Tengo que reconocer que hace unos meses yo misma fui artífice de un “bulo” y pude comprobar en primera persona como una noticia falsa corre como la espuma y se la cree hasta la persona más preparada.
En verdad, mi intención no era mala, más bien, una tradición de gastar una broma por el Día de los Inocentes, el 28 de diciembre. De pequeña siempre hacíamos bromas, con llamadas telefónicas. Como es lógico, en el siglo XXI, lo propio es gastar dicha broma a través de las redes sociales. Pues allá que fui yo, por cuarto año consecutivo, a gastar una broma en mi Instagram personal.
El caso es que hice un cartel malamente con el canva, donde salía como la imagen de una nueva cerveza que se llamaba La Señora y la supuesta marca me había elegido “a mí” para protagonizar la campaña de publicidad. Y claro, ya puse un cartel con mi cara, la supuesta nueva cerveza, su eslogan y esas cosas. Bueno, en pocos minutos recibía llamadas de felicitación por todas partes, pocos se dieron cuenta que era el Día de los Inocentes, ni siquiera cuando a las 24 horas lo desmentía públicamente con otra imagen que ponía INOCENTE encima del cartel, la gente siguió felicitándome durante semanas.
En fin, que yo tan digna haciendo un documental de la desinformación y paralelamente experimentando cómo un bulo creado por mí puede llegar a lugares insospechados. Desde luego, como experimento fue del todo interesante, aunque no era mi intención.
¿Quién está detrás de cada noticia?
Al margen de esta pequeña anécdota, el aprendizaje que saco de toda esta reflexión es que debemos estar muy pendiente de quién vierte una información, no caer en el bulo, mostrar tus reservas siempre ante una notica que viene de un medio no acreditado.
Es importante distinguir entre los profesionales de la comunicación que firman a través de un medio de prestigio y los vertedores de opinión que son capaces de crear una gran comunidad y que no tiene ningún tipo de control ni penalización si lo que comunican es falso.
Los llamados influencers o instagramers pueden llegar a ejercer una gran influencia sobre su audiencia y en muchos casos son cientos de miles e incluso millones. Podríamos pensar que la responsabilidad de creerte a una persona que usa las redes para hablar de lo que quiera con libertad, es del que lo escucha, pero en mi opinión, la persona que vierte una información falsa que pueda hacer daño, tan solo por conseguir más likes o impactar en miles de personas, debe ser penalizada y obligada a desmentir dicha noticia, aunque en la mayoría de los casos, el mal ya está hecho.
Esta es una línea en la que me consta que se está trabajando, no exenta de polémica, pero necesaria para seguir defendiendo nuestro sistema de derechos y protegernos nosotros y a nuestros hijos de los peligros de la desinformación.