HOLLYWOOD. Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) fue un pionero best seller mundial, muy probablemente el novelista europeo más adaptado en vida (y en los años posteriores) por Hollywood. Un caso insólito, sin duda. Me topé con Vicente Blasco Ibáñez al abordar la figura de Greta Garbo.
La fama en Estados Unidos y la fama universal –traducciones a múltiples idiomas– de Blasco Ibáñez era de tal magnitud que la Metro Goldwyn Mayer eligió dos novelas suyas para lanzar la carrera de la actriz sueca. La primera película en Hollywood de Greta Garbo fue The Torrent (1926), una versión de Entre naranjos (1900) dirigida por Monta Bell, en la que la actriz es una pobre campesina que deviene famosa cantante de ópera, pese a lo cual no puede conseguir el amor del rico Lorenzo debido a las barreras sociales entre ambos.
En vista del éxito, la MGM puso en pie inmediatamente otro melodrama sentimental, The Temptress (1926) –puede verse en Filmin–, dirigido nada menos que por Fred Niblo y basado en La tierra de todos (1922), donde Garbo es Elena –un trasunto de Elena de Troya–, una bella parisina con trazas de mujer fatal que lleva al enfrentamiento y a la ruina personal en una hacienda argentina a varios hombres a los que atrae.
VERSIONES. No debería convertir este texto en una relación de títulos, fechas y nombres, pero digamos que, cuando Blasco Ibáñez murió en 1928 –en su mansión de millonario de Menton (Francia)–, Hollywood ya había hecho la primera de sus dos adaptaciones del melodrama amoroso y taurino Sangre y arena (1908) y la primera de sus dos adaptaciones del drama bélico Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1916). Estas cuatro películas aludidas, pero no detalladas aquí, tuvieron como protagonistas a Rodolfo Valentino (dos de ellas), Tyrone Power, Rita Hayworth, Glenn Ford, Ingrid Thulin y Charles Boyer, entre otros, y fueron sus directores maestros del cine mudo y del clásico como Fred Niblo (de nuevo), Rouben Mamoulian, Rex Ingram y Vincente Minnelli.
Este incompleto elenco de intérpretes y directores da una idea del descomunal poder de atracción y del potencial de talentos puesto a disposición de las novelas de Blasco Ibáñez en Hollywood, algo que no había ocurrido, obviamente, nunca antes ni ha ocurrido nunca después con un escritor español. No hay que olvidar que William Randolph Hearst produjo Enemigos de las mujeres en 1923, Allan Dwan adaptó un cuento de Blasco en Argentine Love (1924), Robert Z. Leonard dirigió Circe, la maga el mismo año y Rex Ingram (otra vez) realizó en 1926 la primera de las dos versiones de Mare Nostrum (1918).
El escritor valenciano fue un pionero 'best seller' mundial y probablemente el novelista europeo más adaptado en vida por Hollywood
La segunda fue una coproducción hispano-italiana dirigida por Rafael Gil con la diva mexicana María Félix. Benito Perojo dirigió a Concha Piquer en 1930 en una versión de La bodega (1905). Y hubo más, sobre todo en México. Como puede verse en la imagen, el tirón de Blasco Ibáñez era tal que la MGM destacaba su nombre en los créditos por encima del título y de los actores.
POLÉMICA. La personalidad de este escritor prolífico, periodista, editor, fundador de periódicos y partidos de izquierdas de corte populista/valencianista, republicano y anticlerical, encarcelado y objeto de un atentado por su activismo, viajero por todo el mundo y de vida amorosa efervescente –amén de sus dos matrimonios– fue pura ebullición y objeto de constante polémica. Los espectadores veteranos recordarán las series españolas que se hicieron con Cañas y barro, La barraca y Entre naranjos entre 1978 y 1998, las novelas (con otras) de su ciclo regionalista y siempre social.

La crítica académica no valora su realismo folletinesco. Alianza le ha reeditado mucho. ¿Pero quién lee ahora a Blasco Ibáñez? ¿Qué sigue vigente de su obra? ¿En qué ha quedado aquel éxito nacional e internacional tan extraordinario?