2025 se perfila como un auténtico punto de inflexión para el comercio global. La escalada en una guerra comercial, la creciente inestabilidad geopolítica y la amenaza constante de una recesión han generado tensiones generalizadas que ya están teniendo consecuencias a nivel macroeconómico. En este contexto, el comercio electrónico —que ha sido uno de los grandes catalizadores de la transformación económica, digital y cultural en la última década— entra en una nueva etapa, en la que deberá adaptarse a un entorno menos favorable.
Conoceremos los efectos tangibles de esta nueva realidad, así como las consecuencias en la economía doméstica, a medida que su impacto se traslade a los precios. Como es lógico, esto plantea una serie de desafíos estructurales que marcarán la evolución del comercio electrónico en los próximos años, especialmente en todo lo relacionado con el comportamiento del consumidor, y que se verá reflejado también en las transacciones de compra y venta de productos reutilizados.
En Wallapop, llevamos desde 2020 analizando las tendencias de consumo y la evolución del mercado de productos reutilizados en España gracias a nuestra iniciativa La Red del Cambio. El año pasado, incluso antes de estas tensiones globales, los resultados ya mostraban a un consumidor muy sensible al precio.
Los ciudadanos españoles parecen experimentar una sensación generalizada de pérdida de poder adquisitivo, y, sin embargo, la economía española crece a un ritmo constante. Esto es debido a que, según datos de la OCDE, aunque las familias registran ingresos absolutos superiores a los de 2019, en términos reales —es decir, al ajustarlos a la inflación— sus ingresos a principios de 2024 eran un 2,5% inferiores a los del último trimestre de 2019.
En otras palabras, el encarecimiento sostenido de los últimos años ha neutralizado por completo cualquier aumento salarial, y esto se está reflejando en una percepción pesimista por parte de los consumidores: el 60% de ellos, según el primer barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de este año, califican la situación económica del país como mala o muy mala.
Ante esta realidad, la reutilización tiene una oportunidad única de consolidarse como un modelo resiliente, accesible y local, perfectamente alineado con los valores de la sociedad actual, que pide marcas conscientes y con valores, que generen un impacto positivo, pero que a la vez tengan en cuenta la nueva situación presupuestaria de las familias.
Por eso, en la V edición de La Red del Cambio, hemos querido seguir profundizando en las nuevas tendencias de consumo y, esta vez con el apoyo de la escuela de negocios ISDI, demostrar el valor tangible que la compraventa de segunda mano aporta a la economía doméstica.
La compraventa de productos reutilizados se posiciona como una solución a las tensiones entre precio, consumo e impacto sostenible, pues permite a las personas generar valor a través de aquellos objetos que tienen en casa, pero no están utilizando, optimizando así recursos económicos con los que las familias ya cuentan, dándoles una segunda vida y convirtiéndolos en un importe adicional accesible, que pueden reinvertir en aquello que necesitan o quieren.
De acuerdo con los resultados del estudio, gracias a la compra y venta de productos reutilizados en plataformas como Wallapop, cada persona percibe de media 1.112 euros, lo que es el equivalente a una paga extra para un salario medio en España de 20.767 euros brutos anuales. Esta cantidad se convierte en un extra esencial para las personas a la hora de mantener el estilo de vida que quieren, cubrir gastos adicionales e incluso generar ahorro.
Los usuarios están percibiendo un alivio financiero tanto desde un punto de vista más aspiracional, en áreas prescindibles, pero que les aportan satisfacción como pueden ser el ocio, viajes o caprichos, hasta uno más funcional, pues los datos apuntan a que para algunas familias llega a ser clave para llegar a fin de mes.
Esto, incluso aunque hablemos de una riqueza ya existente, pues más del 90% de estas ventas se realizan por un precio inferior o igual al de compra y, por lo tanto, no generan ganancia, se trata de una cantidad total equivalente al 0,86% del PIB español.
Es decir, el mercado de la compraventa de productos reutilizados está generando unos recursos económicos similares a la facturación de otros sectores relevantes en la economía nacional, como puede ser el suministro de energía eléctrica o las actividades artísticas.
Además, a pesar de ser un mercado con una penetración casi total entre la población española —el 94% de los españoles se plantea comprar artículos reutilizados ante cualquier opción de compra según los resultados de nuestro estudio en 2024— lo cierto es que el potencial económico podría ser todavía mayor a medida que las familias españolas continúen incrementando el uso habitual de este tipo de plataformas, pues los importes generados son directamente proporcionales a la frecuencia de uso de este tipo de apps.
Todo esto nos invita a pensar que, aunque es pronto para saber cómo se perfilará el nuevo orden mundial y el modelo de consumo global, el comercio de reutilizados entre particulares jugará un papel esencial.
Gracias al cambio de percepción acontecido durante la última década, los artículos que ya no usamos no son meros objetos olvidados en casa, sino que hoy son percibidos como auténtica oportunidad de generar valor, ahora más necesario que nunca. Con ello, no solo estamos impulsando una economía más accesible, sino también un modelo de consumo más consciente y humano, que a su vez tiene un impacto positivo en el medioambiente y en las personas.
*** Rob Cassedy es CEO de Wallapop.