
Ana Julia Quezada, autora confesa de la muerte de Gabriel Cruz, durante el juicio que la condeno a prisión permanente revisable. EFE
Sexo a cambio de favores, una novia cómplice y chantaje para pedir traslados: los 1.975 días de prisión de Ana Julia Quezada
En Brieva (Ávila), la asesina, que cumple una condena de prisión permanente revisable, se emparejó con una interna que ya está en libertad: fue su novia la que facilitó el móvil a Ana Julia, que fue ayudada, presuntamente, por un funcionario y el cocinero.
Más información: Ana Julia Quezada se acostaba con el cocinero de prisión y otro funcionario: grababa sus citas con el móvil que le dieron
La madre de Gabriel Cruz, Patricia Ramírez, lo contó hace casi un año: Ana Julia Quezada, la asesina de su hijo, tenía un móvil en el interior de la prisión de Brieva, estaba siendo ayudada en el interior y en el exterior del centro penitenciario, y además, hacía videollamadas, que se estaban grabando, con una productora con el objetivo de grabar una serie sobre los hechos que motivaron su condena. Cuando Ramírez lo contó en el Senado, ya llevaba meses hablando con Vigilancia Penitenciaria.
"Después de denegarnos todas las peticiones en Vigilancia Penitenciaria, nos enteramos de que dentro de la cárcel hay determinadas irregularidades. No solo la grabación, sino teléfonos móviles, complicidad de determinados funcionarios, aunque no todos. Cuando yo me entero de esto, por miedo y terror que tengo a salir a la plaza pública y a denunciar (y a que se filtrase, porque se nos ha filtrado todo públicamente), llamo a la Unión Central Operativa que nos deben de dar cobertura, y pongo la situación en sus manos".
Efectivamente, la madre de Gabriel denunció los hechos ante la UCO de la Guardia Civil. Fuentes de esta unidad lo confirman a EL ESPAÑOL y advierten que lo derivaron a la Guardia Civil de Ávila. Son sus agentes los que han llevado a cabo la investigación que se instruye en el juzgado número 4 de la capital abulense.
Bajo sospecha de presunto cohecho se encuentra un funcionario de la prisión, quien habría facilitado que Ana Julia tuviera este terminal móvil, supuestamente, a cambio de sexo. También está en la mira un cocinero de Brieva, quien, si bien no figura como investigado, sí aparece citado en la investigación.
El cocinero, según Joaquín Leiva, del sindicato ACAIP, se jubiló hace unos meses, "cuando ya había comenzado la investigación". El funcionario de prisiones fue detenido en septiembre de 2024, se le tomó declaración, y, precisan las mismas fuentes, "sigue trabajando y no consta que se le haya abierto ni expediente ni suspensión".
Sus días en Brieva
Ana Julia Quezada fue condenada a prisión permanente revisable por la Audiencia Provincial de Almería en 2019, y permaneció en el centro penitenciario de El Acebuche (Almería) desde su detención, en 2018, a excepción de los días en los que salió para las ocho sesiones de uno de los juicios más mediáticos de los últimos años.
En Almería permaneció hasta el 10 de diciembre de 2019: pidió el traslado a una cárcel de mujeres, e Instituciones Penitenciarias se lo concedió. Ya entonces Patricia Ramírez, la madre de Gabriel, criticó lo inusual de que se le hubiera concedido porque no había sentencia firme.
¿Su destino? Brieva, en Ávila. Allí le llegó un año después la condena, firme, a prisión permanente revisable. Lleva, hasta el día de hoy, 1975 días. Fuentes consultadas vinculadas a esta prisión cuentan a EL ESPAÑOL que en este tiempo, "su vida ha estado normalizada. A excepción del pico de tensión mediática del año pasado", cuando la noticia del documental y de la posible posesión de un móvil motivó un exhaustivo registro en su celda, que se saldó sin novedad. Por precaución, se la trasladó unos días a un módulo de aislamiento.
"En Brieva asiste a talleres programados, lo lógico, para matar el tiempo. Tiene un perfil común. Al final, este tipo de internos se integran bien. Y se integran bien porque en el módulo en el que está hay internas por los mismos delitos que los de Ana Julia, o incluso peores. Lo que pasa es que no son mediáticos".
En estos 1975 días "ha tenido trabajos remunerados", pero no actualmente. Uno de ellos, "en las cocinas", subraya la misma fuente. El mismo destino que el cocinero ahora señalado por la Guardia Civil. También en la prisión Ana Julia conoció a una interna con la que entabló una relación sentimental. Esta interna, al alcanzar el tercer grado, es presuntamente quien le proporcionó el teléfono móvil a Ana Julia.
Si el terminal telefónico, que ahora se sabe que poseía, era en un primer momento para mantener contacto con la productora, se desconoce: lo que sí indica la instrucción de la Guardia Civil a través de los testimonios de tres internas, un educador social, y la propia pareja de Ana Julia es que con él grabó varios encuentros sexuales con el funcionario, y que su objetivo era "chantajear" a la dirección con las imágenes para forzar un nuevo traslado a Barcelona.
La entrada del móvil
El teléfono entró en la prisión abulense por la mediación del cocinero, que era personal laboral del centro: se lo dio la pareja de Quezada. Lo que ha declarado la novia de Ana Julia a la Guardia Civil es que “en septiembre de 2023 el cocinero de la prisión contactó con ella para que le diese un teléfono", antes del siguiente vis a vis entre las dos. Así se introdujo en prisión para hacérselo llegar. "El 1 de octubre de 2023, la pareja de Quezada y el cocinero se vieron en un parking para realizar la entrega del teléfono”.
"A cambio de favores sexuales", supuestamente, el funcionario "avisaba a Ana Julia de cuando iban a tener lugar las inspecciones, y le escondería el móvil cuando estas tenían lugar, llegando incluso a escondérselo en su propia casa".
Fue cuando el terminal salió de Brieva: según las declaraciones efectuadas ante la Guardia Civil, se lo llevó el funcionario a su casa, a raíz de las manifestaciones públicas, realizadas hace un año, por Patricia Ramírez, la madre de Gabriel Cruz, que son las que abren este reportaje y que motivaron el registro. El funcionario, imputado por presunto cohecho, se hizo con él a través la pareja de Ana Julia, nuevamente, aprovechando un vis a vis entre ambas.
La pareja de Ana Julia reconoce que esta mantuvo relaciones sexuales con al menos dos funcionarios de la prisión a cambio de “regalos”, como el resto de testimonios recabados, si bien asegura desconocer si grabó estos encuentros sexuales. Pero, al parecer, sí lo hizo.
Lo han asegurado a la Guardia Civil, coincidiendo en sus versiones, un educador del centro y tres reclusas. “Ana Julia le contó al educador que tenía unas grabaciones en ropa interior de un funcionario dentro de su celda, las cuales habría conseguido grabando con un teléfono móvil que el propio funcionario le habría facilitado".
En el informe aportado por la dirección de la prisión a la investigación, señala que "el móvil con las grabaciones lo tiene la pareja actual de Ana Julia”, y que ésta “chantajea con sacarlas a la luz amenazando con hundir el centro y a su dirección”.
"Víctima de violación"
Pero también contó al educador que ella "ha sido víctima de una violación, al haber mantenido relaciones sexuales con el funcionario en cuestión y aprovecharse este de su situación de superioridad y poder con respecto a ella”.
El ESPAÑOL ha intentado contactar con el abogado de Ana Julia Quezada, Esteban Hernández-Thiel. Fue él quien tramitó las peticiones ante Vigilancia Penitenciaria de Ana Julia para que pudiera conceder entrevistas a los periodistas que, supuestamente, la habían contactado.
Hace un año, negó, en declaraciones a EFE, que Quezada tuviese un móvil en la prisión de Brieva, como afirmaba la madre de Gabriel. “Le hicieron un cacheo, la han revisado, la han mirado hasta en las orejas y nada, nada”, aseguró. Desde su despacho de abogados han rehusado a hacer cualquier tipo de valoración sobre los hechos actuales.
Patricia Ramírez compareció hace un año en la Comisión de Interior del Senado y denunció "continuos incumplimientos" del estatuto de la víctima tanto "por acción u omisión", así como "las irregularidades dentro de la prisión abulense".
También abundó que puso en conocimiento de Vigilancia Penitenciaria todos estos hechos en verano y que el registro se efectuó en diciembre, meses después. Hoy está previsto que ofrezca una rueda de prensa en Almería, sobre su "vulneración de derechos como víctima, la falta de protección, desamparo institucional y judicial y las posibles irregularidades en la prisión".