
Las escúters son parte de la ciudad.
Los turistas convierten Benidorm en un circuito de escúteres eléctricos: "Aparcan en el bar, beben y se van"
Los vehículos han tomado las calles y su mal uso por parte de algunos usuarios hace que se exijan mejoras y mayor regulación.
Más información: Michelle Baker, la guía favorita de los británicos: "Benidorm es como una amante, siempre tienen excusa para verla"
La temporada alta está llegando a Benidorm y, con ella, las particulares carreras de escúteres por sus calles se multiplican. Estos vehículos eléctricos se han convertido en un elemento más de la ciudad y han dividido la opinión de locales y turistas por sus ventajas e inconvenientes.
La mayoría de usuarios de las escúteres son británicos que traen a la Costa Blanca la esencia de Silverstone combinada con las características de Mónaco para hacer de Benidorm una especie de gran circuito urbano.
Individuales, dobles, de tres o de cuatro ruedas, los vehículos son ya parte indivisible de la ciudad de los rascacielos, sobre todo en la parte de Poniente y en la zona británica, donde es difícil encontrarse una calle sin ver alguna.
Están pensadas para que personas mayores de 55 años o con discapacidad puedan recorrer la ciudad cómodamente y disfrutar de todos sus rincones, pero el mal uso de parte de sus usuarios hace que muchos pidan echar el freno a este tipo de vehículos.
Las principales quejas tienen que ver con su uso por personas que no lo necesitan y su circulación por carriles bici, los paseos, su conducción bajo los efectos del alcohol y el estacionamiento de estos en plena calle y de cualquier manera.

Las escúteres se concentran en la zona británica y en el Paseo Marítimo.
Michelle Baker, responsable de la página Benidormforever y experta en turismo en Benidorm, señala que "estas máquinas sirven para que los turistas que no pueden caminar bien puedan visitar toda la ciudad al ser un sitio muy plano, pero mucha gente lo utiliza como medio de transporte habitual cuando no les pasa nada".

La mayoría de las escúters están mal estacionadas.
"Me ofende como conductora que tenga que pagar seguro, parking e ITV y ellos lo utilicen como coches para toda la familia. Muchos de ellos son residentes y lo utilizan a diario", asegura Baker.

Unos turistas en una scooter doble por el Paseo Marítimo de Benidorm.
Iñaki, un bilbaíno que vive a unas calles de la Playa de Poniente, está a favor de su uso. "Mi mujer lo utiliza porque tiene una discapacidad, pero siempre hay quienes no lo hacen bien. Aquí siempre beben, para eso no hay remedio".

Una pareja disfrutando del sol de Benidorm en sus scooters.
María, una mujer de Ávila que vive seis meses al año en Benidorm, ha sufrido en sus carnes un pequeño accidente que refleja la peligrosidad que conlleva su mal uso. Al salir de la playa, una turista que circulaba a unos 10 kilómetros por hora por la zona reservada para peatones del paseo marítimo ha colisionado contra su pie.

Choque entre una escúter y una turista española que salía de la playa.
"Esto es un peligro, dicen sorry y no pasa nada. Me ha raspado el tobillo, pero podría habérmelo partido. Van por donde quieren y eso no puede ser", expresa.

Una de las muchas tiendas de alquiler de estos vehículos.
El precio de las escúteres es de unos 30 euros para su alquiler durante tres días, 40 para una semana y 150 para todo un mes, duplicándose estas cifras para las que tienen doble asiento. Un trabajador de una de las empresas de alquiler asegura que "ahora es la temporada fuerte".

Un turista rodeado por vehículos.
El gran número de vehículos hace que en las calles más concurridas se acumulen decenas de ellos en la puerta de bares y restaurantes sin ningún tipo de control, obstaculizando en muchas ocasiones el paso de los peatones.
Un grupo de turistas de Navarra que ha llegado a Benidorm para pasar el día tras visitar las famosas fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy opina que es una buena idea, pero coinciden en que cualquier adelanto acaba sufriendo del mal uso de personas que se aprovechan.

También los jóvenes las utilizan.
Es el caso de jóvenes que se hacen con escúteres eléctricos a pesar de no cumplir con la edad necesaria y conducirlos mientras miran el teléfono móvil o en alto grado de embriaguez para moverse de bar en bar. "Llegan, aparcan en la puerta del bar, se ponen a tope de cerveza en los bares y se van", resume Baker.