
Los pozos de Garrigós acogen esta exposición hasta mediados de mayo.
Esta es la exposición en Alicante que presenta la belleza difícil de apreciar: "Pasamos por al lado sin prestar atención"
Miguel Ángel Sánchez y Marina Yvette recogen en el Museo de Aguas vídeos y fotografías con el agua com protagonista.
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¿Cuánta belleza cabe en dos segundos? ¿Es más bello el chorro de una fuente que un volcán en Islandia? Dos preguntas tan separadas entre sí tienen en común la exposición Reflejos de lo invisible que estará hasta mediados de mayo en el Museo de Aguas de Alicante.
Miguel Ángel Sánchez y Marina Yvette son los responsables de este proyecto que usa la tecnología para presentar de manera diferente lo más cercano. "La mayoría de las cosas que veis aquí pasamos por el lado sin prestar ninguna atención", razona Sánchez.
Y por eso Martín Sanz, director director de Comunicación y Relaciones Externas de Aguas de Alicante señala en la presentación a los medios de este lunes que "son rincones que todos los visitantes van a sentir como cercanos".
Un punto en el que inciden los creadores porque acompañando las fotografías y vídeos que presentan está un código QR que localiza en la ciudad el lugar en el que se captaron las imágenes y explica qué se pretendía mostrar con ellas.
Sánchez cuenta que la intención era aprovechar la tecnología para acercarla de modos que serían imposibles. Todas son escenas cotidianas grabadas en la ciudad de Alicante donde "hemos jugado con el tiempo, ralentizado muchas veces, grabadas a 400 imágenes por segundo que hace que lo veamos con una belleza difícil de apreciar".
Uno de esos ejemplos son los chorros de agua de las fuentes que hay en la plaza España. Es una de las más sencillas que hay porque su atractivo se basa en el juego de los surtidores. Y ahí es donde prestó la atención el fotógrafo.
"Cuando hay una erupción volcánica nos vamos a Islandia a ver cómo sale la lava", señala Sánchez para compararlo con "la violencia de un chorro de una fuente, que es cierto que la escala es mucho menor, pero visto así podemos apreciar muchísimos detalles".

Miguel Ángel Sánchez y Marina Yvette en la primera de las salas de los pozos de Garrigós.
E insiste en ese acto de la mirada porque para esta exposición consideran que "el objeto de las obras es disfrutarla, luego verás la explicación". Como resaltan, las piezas escogidas están pensadas para que sean "hipnóticas" y baste "solo quedarte mirándolas y ir apreciando detalles".
Sánchez e Yvette colaboran asiduamente con el Museo de Aguas de forma que esta exposición supone un cambio respecto al trabajo que hacen habitualmente. Como apunta Sanz "es una muestra de la apuesta de Aguas por el talento, por ver cómo es un sitio en el que mostrar algo más allá, lo invisible que tenemos".
"He intervenido en muchas exposiciones como apoyo, dotando al artista de medios para que completara la obra, y tenía ganas de dar el paso", razona Sánchez. Para Yvette este proyecto "este trabajo es más una terapia para nosotros" que lanzan con "el objetivo de que salgas con una nueva visión del mundo".