La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el presidente de EEUU, Donald Trump, este jueves en la Casa Blanca.

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el presidente de EEUU, Donald Trump, este jueves en la Casa Blanca. Reuters

EEUU

Trump aparca sus críticas a la UE tras reunirse con su "amiga" Meloni y augura un pacto arancelario "al 100%"

El presidente estadounidense rebaja su tono respecto a Europa, dice que "la semana que viene" firmará el acuerdo sobre extracción de minerales con Ucrania y que en un mes alcanzará un trato con China.

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Nueva York (EEUU)
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El mismo Donald Trump que hace unos días volvió a repetir que la "Unión Europea se creó para fastidiar a Estados Unidos" cambió de tono este jueves al asegurar que "habrá un acuerdo comercial al 100%" con la UE antes de que entren en vigor los aranceles que llevan semanas agitando el comercio global. Lo hizo acompañado de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, su aliada ideológica con mayor poder de negociación en Europa, quien acudió a la Casa Blanca para tratar de iniciar un acercamiento entre Washington y Bruselas.

"Por supuesto que habrá un acuerdo comercial, ellos están deseando lograrlo, y nosotros vamos a conseguirlo. Lo espero rotundamente, pero será un trato justo", respondió el mandatario durante un almuerzo de trabajo con Meloni.

Trump quiso transmitir tanta predisposición a negociar que incluso interrogó a los periodistas que le hicieron la pregunta: "¿Por qué creen que no lo habrá? Por supuesto que lo habrá", y se negó a barajar la posibilidad de que no se alcance un trato antes de que finalice la tregua actual de 90 días.

Así, el mandatario volvió a jugar su papel de negociador imprevisible ante una primera ministra italiana que viajó fugazmente -y en pleno Jueves Santo- a Washington con la responsabilidad de romper el hielo en un diálogo que parece estancado.

Antes de su llegada, diarios a ambos lados del Atlántico llevaban días publicando informaciones sobre la confusión entre el equipo de Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, a la hora de dirigirse a Washington. No encuentran un perfil mediador ni una posición clara respecto a los aranceles, cuya tasa universal del 10% ya afecta a las importaciones de la Unión Europea en EEUU, mientras que la especifica del 20% está pausada hasta julio.

A favor jugaba, en cambio, el estrecho vínculo personal entre Trump y Meloni, pues la italiana fue la única líder europea que asistió a su toma de posesión el pasado enero y el estadounidense siempre la ha puesto como ejemplo de modelo del liderazgo nacionalista y conservador que desea en el resto de Europa: "Me gusta mucho, es una de las verdaderas líderes del mundo. Una primera ministra excepcional que está haciendo un gran trabajo en Italia", declaró Trump con entusiasmo.

Meloni, por su parte, volvió a enfrentar el reto con el pragmatismo que la caracteriza al equilibrar los intereses nacionales de Italia, su liderazgo dentro del bloque conservador europeo y su improvisado papel como interlocutora de la Unión Europea.

"Estoy segura de que podemos llegar a un acuerdo y estoy aquí para ayudar en eso, aunque no puedo negociar en nombre de la Unión Europea. Mi objetivo es invitar al presidente Trump a una visita oficial a Italia y explorar la posibilidad de organizar un encuentro similar con representantes europeos", subrayó Meloni, aludiendo a la importancia de mantener un diálogo "franco sobre las necesidades de cada uno y encontrar un término medio".

"Hacer a Occidente grande de nuevo"

La italiana, consciente del recelo que ocasionan las políticas de Bruselas entre algunos altos cargos del Gobierno estadounidense, aprovechó los apodos que la prensa utiliza para referirse a ella como muestra de complicidad: "Algunos me llaman una 'nacionalista de Occidente', no sé si es el término correcto, pero estoy segura de que juntos somos más fuertes y estoy aquí para encontrar la mejor manera de que salgamos reforzados a ambos lados del Atlántico”.

"Make the West Great Again (Haz que Occidente sea grande de nuevo)", llegó a repetir la italiana sentada en el Despacho Oval.

Una diplomacia al estilo trumpista, cargada de eslóganes, grandilocuencias y declaraciones nacionalistas, que también incluyó referencias a la guerra cultural que J.D. Vance -a quien recibirá mañana en Roma- suele agitar en sus intervenciones: "No hablo de un espacio geográfico, hablo de una civilización que quiero hacer fuerte", afirmó tras mostrarse partidaria de combatir la "ideología woke" (el término que en EEUU se utiliza para las cuestiones ideológicas de racismo o género).

Entre los pocos anuncios concretos, la italiana se comprometió a aumentar las importaciones de gas natural licuado (LNG) estadounidense para satisfacer así una de las principales demandas de Trump —que Europa compre energía a Estados Unidos- y recordó su plan para incrementar el gasto en defensa, que en el caso de Italia es de los más bajos entre los miembros de la OTAN y se sitúa en torno al 1,4%.

¿Visita de Zelenski?

Fue al hablar de defensa y de la guerra de Ucrania donde se notó más la fractura entre EEUU y la Unión Europea. Un diálogo en el que Meloni prefirió dejar de hablar en inglés y responder en italiano. La italiana afirmó muy explícitamente que "claramente hubo una invasión y el invasor fue Putin y Rusia", las mismas palabras que el presidente francés, Emmanuel Macron, pronunció en el Despacho Oval hace unas semanas tras corregir a Trump en una visita mucho más tensa.

Trump, por su parte, evitó mencionar a Putin y se mostró más equidistante sobre el conflicto: "No estoy contento con nadie involucrado".

Respecto al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se limitó a decir que "no lo culpa" de la guerra, pero que tampoco diría que "está haciendo el mejor trabajo"; para concluir con un tajante "no soy un gran fan".

Sin embargo, al ser interrogado por el acuerdo para la extracción conjunta de minerales en Ucrania, Trump aseguró que se firmará un documento de 80 páginas "la semana que viene", aunque ni no respondió a la pregunta de si Zelenski regresará a Washington para suscribirlo, dando lugar a un segundo encuentro tras su caótica primera visita.

En este sentido, la viceprimera ministra ucraniana y titular de la cartera de Economía, Yulia Svyrydenko, anunció que este jueves Ucrania y EEUU firmaron un Memorando de Intención que allana el camino hacia un acuerdo de asociación económica y la creación del fondo de inversión para la reconstrucción del país.

"Esperamos que el Fondo se convierta en una herramienta eficaz para atraer inversiones en la reconstrucción de nuestro país, la modernización de la infraestructura, el apoyo a los negocios y la creación de nuevas oportunidades económicas", escribió Svyrydenko en la red social.

Negociaciones con Japón y China

Pero el futuro de Ucrania y de la relación trasatlánticas no es lo único que figura entre las prioridades de Trump. El mandatario ha abierto tantos frentes en sus primeros tres meses de gobierno que la Casa Blanca acoge estos días un desfile de diplomáticos y negociadores de todo el mundo.

El miércoles, Trump mantuvo una llamada telefónica con la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, de la que no salieron avances. Luego recibió al negociador japonés Ryosei Akazawa en persona, pero la reunión terminó sin acuerdo sobre los aranceles para las industrias más afectadas por la guerra comercial como la automovilística y la electrónica.

"Todo el mundo está en mi lista de prioridades", afirmó Trump al respecto de las negociaciones que, no obstante, abordará "sin prisa".

Sobre el pulso que mantiene con China, Trump se negó a decir si ha hablado directamente con el presidente Xi Jinping, pero aseguró que "habría un acuerdo" porque "nadie puede competir" con EEUU.

En la última actualización de la batalla arancelaria que libran ambas potencias, EEUU impuso unos aranceles del 145% a China, tras que Pekín impuso a EEUU otro del 125%.

"Vamos a hacer un trato con todos, en las próximas tres o cuatro semanas creo que tal vez todo el asunto podrá concluirse", zanjó Trump sin dar más detalles.