Torrijas caseras

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Ni nata ni azúcar, el ingrediente que incluyen las abuelas gallegas a las torrijas para darle mucho más sabor

Si existe una elaboración famosa durante esta temporada, esa es sin duda la torrija: un dulce sencillo y humilde pero absolutamente delicioso

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Pestiños, rosquillas, leche frita, buñuelos... La Semana Santa guarda una estrecha relación con el mundo gastronómico en Galicia. Cada año las pastelerías se llenan de un sinfín de recetas de postres muy sabrosas y perfectas para darse un capricho sin remordimientos.

La lista de dulces típicos de Semana Santa es muy extensa y depende de cada zona. Sin embargo, si existe una elaboración famosa durante esta temporada, esa es sin duda la torrija. Se trata de un plato sencillo, humilde y que tiene una buena cantidad de fans dentro y fuera de nuestras fronteras.

El secreto para unas torrijas muy sabrosas

torrijas

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Las abuelas gallegas suelen hacer las torrijas con recetas tradicionales que han pasado de generación en generación. Para su elaboración, utilizan pan de hogaza tradicional, leche, huevos y azúcar. Pero, ¿cuál es el ingrediente que incluyen para darle más sabor a las torrijas?

El ingrediente que suelen incluir las abuelas gallegas para darle más sabor a las torrijas es la piel de limón o de naranja cuando infusiona la leche. Este cítrico aporta un aroma fresco y característico que realza el sabor del dulce, dando lugar a unas torrijas de rechupete y con extra de sabor.

Si no puedes aguantar más las ganas de dulces y quieres preparar unas torrijas siguiendo la receta tradicional de las abuelas gallegas, los ingredientes que necesitas son los siguientes:

  • 1 pan del día anterior (preferiblemente pan de hogaza tradicional)
  • 1 litro de leche entera
  • 100 g de azúcar
  • 3-4 huevos
  • 1 rama de canela
  • Piel de naranja o limón
  • Aceite de oliva o girasol

Con respecto a los pasos a seguir a la hora de elaborar este dulce tradicional, son los siguientes:

  1. Infusionamos la leche en un cazo con la rama de canela, la piel de limón o naranja, o ambas, y el azúcar
  2. Cuando empiece a hervir la leche, la retiramos del fuego y la dejamos templar
  3. Cortamos el pan de hogaza tradicional en rebanadas gruesas de unos 2 o 3 centímetros
  4. Colocamos las rebanadas de pan en una fuente honda y vertemos la leche incursionada sobre ellas
  5. Dejamos reposar unos minutos hasta que el pan esté bien empapado
  6. Batimos los huevos en un plato hondo y calentamos abundante aceite de oliva o girasol en una sartén
  7. Pasamos cada torrija por el huevo batido y freímos en el aceite caliente hasta que estén bien doradas por ambos lados. Con medio minuto por cada lado será suficiente
  8. Colocamos las torrijas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite, y emplatamos

Las torrijas son una de las primeras elaboraciones dulces de las que se tiene constancia. Aparece en el libro De re coquinaria, de Marco Gavio Apicio, en el que recopila recetas del siglo I d.C. Sin embargo, su elaboración era tan sencilla y simple que ni le puso nombre: se limitó a llamarla aliter dulcia, que significa "plato dulce" u "otro tipo de dulce".

Las torrijas se han asociado con la Semana Santa casi por casualidad. Hay quien dice que la tradición nace de la necesidad de dar alguna salida al pan sobrante que no se consumía al bajar el consumo de carne durante la Cuaresma, mientras que otra teoría opta por una versión más mística, en la que las torrijas de vino representan la sangre y el cuerpo de Cristo.