Donald Trump celebra una reunión del Grupo de Trabajo de la FIFA junto a JD Vance y Gianni Infantino

Donald Trump celebra una reunión del Grupo de Trabajo de la FIFA junto a JD Vance y Gianni Infantino Reuters

Fútbol

Trump y el Mundial 2026: de la sorpresa por el veto a Rusia a los visados a extranjeros pero que "al acabar vuelvan a su casa"

El expresidente estadounidense lidera la organización del torneo junto a Infantino y lanza mensajes ambiguos entre la diplomacia internacional y el control migratorio.

Más información: Este es el pasado futbolístico de Donald Trump que pocos conocen: jugador, propietario y fan del Manchester United

Publicada

El Mundial de fútbol de 2026, que se disputará en Estados Unidos, México y Canadá, ya ha comenzado a generar controversia más de un año antes de su inauguración.

En el centro de la polémica, como tantas veces, se encuentra Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos y también cabeza visible del grupo de trabajo encargado de organizar el evento junto a la FIFA.

A sus declaraciones recientes se suman otras de su vicepresidente, JD Vance, que han causado revuelo entre los aficionados y las comunidades extranjeras interesadas en viajar a Estados Unidos para seguir los encuentros de la Copa Mundial de la FIFA.

Durante la primera reunión del grupo organizador, celebrada en la Casa Blanca, Trump mostró su sorpresa al descubrir que la selección masculina de Rusia aún tiene prohibido competir en torneos internacionales debido a la invasión ilegal de Ucrania en febrero de 2022.

Tras confirmárselo el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, Trump sugirió que permitir el regreso de Rusia a las eliminatorias del Mundial 2026 podría funcionar como un incentivo para poner fin al conflicto entre rusos y ucranianos.

"¿Están prohibidos? ¿Es eso cierto?", preguntó Trump visiblemente sorprendido, mientras Infantino le explicaba que, por ahora, Rusia no puede competir. El exmandatario no tardó en dar su propia interpretación del asunto: "Podría ser un buen incentivo. Queremos que lo detengan. Queremos que se detengan", afirmó en referencia a la guerra en Ucrania.

Estas palabras llegan después de que el propio Trump reconociera haber mantenido conversaciones recientes tanto con Vladimir Putin como con Volodímir Zelenski en un intento de mediar en el conflicto.

Infantino, que también ha expresado públicamente su deseo de ver pronto a Rusia reincorporada al "paisaje futbolístico", respaldó la idea señalando que una eventual readmisión sería "una señal de que todo está resuelto".

Pese a estas intenciones, las eliminatorias para el torneo ya han comenzado y no hay indicios oficiales de que la suspensión vaya a levantarse en breve.

Gianni Infantino y Donald Trump en el Despacho Oval de la Casa Blanca

Gianni Infantino y Donald Trump en el Despacho Oval de la Casa Blanca Reuters

Problemas con los visados

Pero si las palabras de Trump abrieron un debate diplomático, las declaraciones de JD Vance encendieron alarmas en materia migratoria.

El vicepresidente de Estados Unidos y también vicepresidente del grupo de trabajo para el Mundial advirtió de forma contundente a los millones de aficionados que se espera que lleguen al país con motivo del torneo: serán bienvenidos durante la competición, pero deberán regresar a sus países cuando finalice.

"Queremos que vengan. Queremos que celebren. Queremos que vean los partidos. Pero cuando se acabe, deben volver a casa", dijo Vance.

Para reforzar su mensaje, mencionó a Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, conocida popularmente como ICE Barbie, debido a su participación activa en redadas migratorias organizadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).

"Si no regresan a sus países, tendrán que hablar con la secretaria Noem", sentenció el vicepresidente. Trump, por su parte, trató de suavizar el tono asegurando que Estados Unidos ofrecerá una "experiencia sin sobresaltos" a todos los visitantes que lleguen para disfrutar del Mundial.

Sin embargo, sus palabras contrastan con la política migratoria de su administración, que en los últimos meses ha reforzado los controles fronterizos y ha dificultado incluso la entrada de personas con visados vigentes o residencia legal.

Estas medidas ya han tenido un impacto visible: según datos preliminares del Departamento Nacional de Viajes y Turismo, las llegadas de viajeros desde el extranjero disminuyeron un 11,6 % en abril de 2025 en comparación con el mismo mes del año anterior.

Este descenso se relaciona directamente con los nuevos requisitos y la percepción de endurecimiento en la admisión de visitantes.

Ensayo general este verano

Como antesala del Mundial, Estados Unidos organizará este verano la Copa Mundial de Clubes en un formato ampliado que reunirá a 32 equipos, entre ellos Bayern Múnich y Borussia Dortmund.

Este evento servirá como prueba logística para la gestión de visados, documentos de viaje y controles de seguridad que se implementarán de forma definitiva en el torneo de 2026.

Se espera que más de dos millones de personas lleguen al país para presenciar esta competición, que se desarrollará entre el 15 de junio y el 13 de julio.

Pese a las tensiones, Trump ha asegurado que incluso quienes han participado en protestas propalestinas podrán ingresar al país si lo hacen de forma "razonable".

En su opinión, "la gente tiene derecho a protestar. Hay que hacerlo de forma razonable, no necesariamente amable, pero sí razonable".

El balón para el Mundial de Clubes de la FIFA 2025

El balón para el Mundial de Clubes de la FIFA 2025 FIFA

Equipo de trabajo politizado

La designación de Andrew Giuliani, hijo del exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, como director ejecutivo del grupo de trabajo para el Mundial, y del expresidente de la Federación de Fútbol de Estados Unidos, Carlos Cordeiro, como asesor senior, consolida un equipo muy cercano a Trump.

Este entorno político refuerza la percepción de que la edición de 2026 será una Copa del Mundo inevitablemente atravesada por intereses estratégicos más allá del deporte.

Mientras tanto, Infantino ha reiterado su confianza en Trump. "La atención del mundo estará puesta en Estados Unidos, y Estados Unidos dará la bienvenida al mundo", declaró el dirigente suizo durante la reunión en la Casa Blanca.

El Mundial de 2026 no solo será el torneo con más participantes de la historia, sino también una vitrina diplomática, cultural y política para el gobierno de Trump, que buscará aprovechar el escaparate global para reforzar su liderazgo y sus mensajes.

La incógnita es si podrá mantener el delicado equilibrio entre la hospitalidad internacional y sus políticas migratorias, sin empañar el espíritu de uno de los eventos deportivos más esperados del planeta.

¿Podrá el fútbol escapar de la sombra de la geopolítica? Esa será una de las grandes preguntas del próximo verano.