
Carlos Chamarro, Valentín Paredes, Juanma Díez Diego, Ángel Héctor Sánchez y Rebecca Arrosse en 'Magia'. Foto: Eduardo Blanco
'Magia', un Chesterton espiritista en el Pavón
Emilio Ruiz Barrachina sube por primera vez a los escenarios españoles esta enigmática obra, que el autor británico escribió bajo la amenaza de George Bernard Shaw.
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Convencido de que un escritor, si no escribía teatro, no podía considerarse como tal, George Bernard Shaw le envió en 1908 una carta a su amigo C. K. Chesterton donde le amenazaba “con arruinar su vida como ensayista, periodista y crítico si no se decidía a hacer una contribución al teatro británico”, cuenta el director Emilio Ruiz Barrachina (Madrid, 1963).
Bajo aquella amenaza que “se extendía a robarle el amor de su esposa mediante alardes intelectuales y atléticos”, Chesterton escribió Magia y la obra se estrenó el año 1913 en The Little Theatre de Londres con tal acogida que duró en cartelera 165 noches seguidas.
Pieza fundamental de la dramaturgia del británico, al director le llamó atención cómo el autor disfrutaba del teatro a sabiendas que se trataba solo de ficción. “Chesterton no entiende el mundo real como un teatro, que es la idea principal de Calderón, sino que aprecia los decorados, la tramoya, el escenario y cómo esos elementos son capaces de transformarse en otra cosa sin dejar de ser cartón, madera o trapos. Propone imágenes en el escenario que se desarrollan en la imaginación del espectador. Invita, de alguna manera, a volver a la niñez, pero advirtiendo siempre que no se debe confundirverdad con ilusión”.
En ese sentido, sostiene, la obra está cargada de simbolismo a partir de sus personajes, que representan a la ciencia, la religión, la fantasía, el amor y la política. “Es una obra que sigue teniendo plena actualidad, porque más de cien años después la sociedad no ha cambiado mucho”.
Dirigida y versionada por el propio Ruiz Barranchina, es –asegura– la primera vez que Magia –hasta el 29 de junio en el Pavón– se representa en España. "El teatro de Chesterton es mucho más desconocido que su narrativa o ensayística. Desconozco las razones de este olvido, ya que la obra es un clásico del teatro inglés. Quisiera creer que no sólo es por razones políticas, ya que Chesterton es considerado un autor conservador, seguramente por sus convicciones religiosas, muy presentes al final de su vida".
"'Magia' invita a volver a la niñez, pero sin confundir la realidad con la ficción". Emilio Ruiz Barrachina
"Sin embargo -continúa-, este título es la obra de un Chesterton joven que todavía andaba preguntándose, como casi todos los jóvenes, sobre el sentido de la existencia. No es el Chesterton posterior, aunque en esta obra se encuentran esbozadas muchas de las ideas que desarrollaría posteriormente y que le conducirían a su conversión al catolicismo".
La trama, explica, es aparentemente sencilla. El Duque (Valentín Paredes) invita a un Mago (Juanma Díez Diego) para hacer una sesión en su casa, a la que están invitados, además de su sobrina Patricia (Rebecca Arrosse), el Padre Torrado (Ángel Héctor Sánchez) y el Doctor Expósito (Carlos Chamarro).
A partir de ahí, Chesterton salta de la realidad a la ficción, pero sin llegar nunca a confundirlas. “Los espectáculos de magia y espiritismo estaban muy de moda a comienzos del siglo XX y le fascinaban”, cuenta el director que, para lograrlo, ha añadido en la obra algunos de los trucos que se hacían entonces en los teatros “como la pecera con peces de colores o tiras de zanahoria que creó y ejecutaba con maestría el mago chino Chung Ling Soo”.
En ese sentido, matiza, "el verdadero ilusionismo no es solamente el de la magia, sino el que crea Chesterton con las ideas y con las palabras. La mayor crítica en la obra va contra la ofuscación del hombre incapaz de convivir con aquello que no puede comprender y racionalizar".
Combinación sutil de comedia y drama, de romance e intriga, y ambientada en una España atemporal, “sin perder un sutil toque isabelino”, –obra de Rafael Echeverz y Pablo Camuñas–, en esta “comedia fantástica”, según la definición de su autor, “Chesterton abordó muchos de sus temas predilectos, especialmente la relación entre lo material y lo racional, entre lo fantástico y la locura. Entra de lleno a exponer, con mucha ironía, asuntos como la política, la ciencia, la religión y el amor”.