
El canciller alemán, Friedrich Merz, se reunió este miércoles con el primer ministro polaco, Donald Tusk, en Varsovia. Reuters
Merz comienza a aplicar su dura agenda migratoria: Alemania rechazará a los solicitantes de asilo en la misma frontera
Su nuevo ministro del Interior anuncia que ha anulado una instrucción de 2015 del Gobierno de Merkel que impedía a la Policía ejecutar estos rechazos.
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Ni 24 horas ha tardado el nuevo Gobierno del líder democristiano Friedrich Merz, investido este martes como nuevo canciller de Alemania, para poner en marcha su 'mano dura' en materia migratoria. Tal y como prometió en campaña, el nuevo Gobierno alemán ha puesto ya en marcha su agenda para reducir la inmigración irregular en el país.
El nuevo ministro de Interior de Alemania, Alexander Dobrindt, anunció este miércoles que su país rechazará a solicitantes de asilo en las fronteras terrestres germanas.
El político bávaro explicó en unas declaraciones que anuló este miércoles por escrito una instrucción verbal que data de 2015 al presidente de la Policía Federal de no rechazar a solicitantes de asilo de forma que la Policía "pueda llevarlos a cabo".
Dobrint, del partido conservador Unión Socialcristiana (CSU), sostuvo que "las cifras en la migración irregular son todavía demasiado elevadas" y por eso "la República Federal de Alemania tomará decisiones para reducir las cifras de la migración irregular y las solicitudes de asilo".
Alemania tiene unos 3.800 kilómetros de fronteras con nueve países, en los que hay desplegados 11.000 policías, un número que con las medidas de Dobrindt puede ascender hasta 14.000 efectivos, según el diario Bild.
El país empezó controles fronterizos con Polonia, República Checa y Austria en octubre de 2023 y los amplió a todas las fronteras nacionales en septiembre de 2024. "Aumentaremos paso a paso este mayor número de rechazos y controles más estrictos en las fronteras. Paso a paso nos aseguraremos de que se desplieguen más agentes de policía en las fronteras y puedan llevar a cabo estos rechazos", señaló.
El ministro germano recalcó que para el nuevo Gobierno "es crucial" que "se protejan a los grupos vulnerables". "Seguimos proporcionando protección especial y nos aseguraremos de que estos grupos vulnerables sigan sin ser rechazados en nuestras fronteras", prometió Dobrindt. El titular de Interior se refirió "a niños, mujeres embarazadas y otros grupos vulnerables".
Dobrindt recalcó que ya está en contacto con algunos vecinos de Alemania, y explicó que el nuevo Gobierno germano pretende recurrir al artículo 18 de la Ley de Asilo en conjunción con los acuerdos bilaterales que tiene el país con sus vecinos y en conjunción con el artículo 72 del Tratado de Funcionamiento de la UE. Ese artículo establece que los países miembros retienen la capacidad de tomar decisiones claves para mantener el orden público y la seguridad interior.
El rechazo de los solicitantes de asilo es legalmente controvertido. El acuerdo de coalición entre los conservadores de Merz y los socialdemócratas establece que la medida debe tomarse en coordinación con los países europeos.
De hecho, Polonia ya se ha pronunciado sobre este asunto. El primer ministro Donald Tusk, al que Merz ha visitado este miércoles en Varsovia, ha advertido de que su país "no aceptará que grupos de inmigrantes ilegales sean enviados" a su territorio.
Dobrindt , miembro del bloque conservador de Merz, planea enviar hasta 3.000 agentes adicionales a las fronteras para frenar la migración irregular, elevando el número de policías fronterizos a 14.000, según el Bild .
La instrucción de 2015 ahora anulada fue impartida durante el mandato de la entonces canciller Angela Merkel, cuyo mandato estuvo definido por la llegada de cientos de miles de solicitantes de asilo a Alemania, muchos de ellos huyendo de la guerra en Siria.
Antes de las elecciones federales alemanas de febrero, Merz había prometido medidas contundentes contra la inmigración irregular después de una serie de crímenes y ataques violentos que involucraban a inmigrantes y un creciente apoyo a la extrema derecha.
Desde entonces, su coalición ha acordado rechazar a los solicitantes de asilo en las fronteras, permitir las deportaciones a Siria y suspender las reuniones familiares.