Personal de seguridad indio en el lugar del ataque en Baisaran, cerca de Pahalgam.

Personal de seguridad indio en el lugar del ataque en Baisaran, cerca de Pahalgam. Reuters

Asia

"Será un ojo por ojo": Pakistán advierte a la India de que no se quedará de brazos cruzados si lleva la guerra a su país

Las tensiones entre ambas potencias nucleares se han disparado tras un atentado terrorista en el territorio en disputa de Cachemira.

Más información: India asume el atentado de Cachemira como un acto de guerra de Pakistán y revoca los visados a sus ciudadanos

Jara Atienza
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Incursiones militares, atentados terroristas, represión policial... Cachemira —un valle enclavado entre montañas, en la frontera entre India y Pakistán— ha sido, durante décadas, el epicentro de un conflicto territorial entre dos potencias con capacidad nuclear. Desde la partición de la antigua colonia británica en 1947 que dio origen a Pakistán, de mayoría musulmana, y a India, de mayoría hindú, la región se ha visto atrapada en un ciclo de disputas políticas y enfrentamientos armados. Hoy, la reciente escalada de tensiones, tras el atentado más grave contra civiles jamás registrado en Cachemira, ha avivado los temores de que estalle una guerra abierta.

El martes, varios hombres vestidos con camisas largas tradicionales y pantalones holgados salieron armados de entre los bosques que rodean Baisaran, conocido como "la mini Suiza india" por sus pintorescos paisajes, y abrieron fuego contra un grupo de turistas que visitaban la región de Pahalgam administrada por India. Más de 26 personas murieron y una decena resultó herida.

El atentado fue reivindicado por el Frente de Resistencia (TRF, por sus siglas en inglés), un grupo armado poco conocido pero que forma parte del grupo Lashkar-e-Taiba (LeT), organización islamista con sede en Pakistán que estuvo detrás de los atentados de Bombay en 2008. En el comunicado, el TRF acusa al Gobierno indio de Narendra Modi de alterar la demografía local con la llegada de foráneos a una región que cuenta con un 80% de población musulmana.

Este atentado ha disparado la tensión hasta límites inesperados. El Gobierno del primer ministro indio, que interrumpió su viaje a Arabia Saudí tras el ataque, prometió una respuesta contundente: "La India identificará, rastreará y castigará a cada terrorista y a quienes los apoyan. Los perseguiremos hasta los confines de la tierra. El espíritu de la India nunca será quebrado por el terrorismo. El terrorismo no quedará impune". Las autoridades se pusieron manos a la obra con rapidez: no sólo comenzaron a peinar la zona donde se produjo el tiroteo, sino que interrogaron unas 100 personas sospechosas de haber simpatizado con militantes en el pasado, según informa Reuters.

Este jueves, las autoridades indias informaron que, gracias a los retratos robot elaborados a partir de las descripciones de los supervivientes, han identificado a tres sospechosos del atentado, entre ellos dos ciudadanos pakistaníes. Además, anunciaron una recompensa de 24.000 dólares en metálico por cualquier información que conduzca a la “neutralización” de los atacantes.

Sin embargo, la respuesta de la India ha sido, sobre todo, diplomática. El Gobierno ha culpado a Pakistán de estar vinculado a los ataques y ha revocado con efecto inmediato todos los visados otorgados a ciudadanos pakistaníes, cerrado la frontera, expulsado a los diplomáticos del país vecino y suspendido acuerdos bilaterales clave, entre los que se incluye el Tratado de las Aguas del Indo, que ha abandonado de forma unilateral. Este pacto histórico, negociado por el Banco Mundial en 1960, reparte las aguas de seis ríos entre ambos países. Asi, lo que durante décadas se celebró como un modelo de cooperación entre enemigos, hoy se percibe como un posible catalizador de un conflicto más amplio.

Al borde de la guerra

Por eso no es de extrañar que Islamabad haya respondido con firmeza, advirtiendo que cualquier interrupción del flujo hídrico sería considerado "un acto de guerra". Y es que el tratado le asegura acceso a casi el 80% del caudal de los ríos, vital para su agricultura. En el pasado, algunas organizaciones en Pakistán han acusado a la India de intentar provocar una sequía al reducir el caudal de los ríos que atraviesan su territorio.

Los señalamientos no terminan ahí: el ministro de Defensa de Pakistán, Khawaja Asif, ha rechazado su implicación en el atentado y ha denunciado que la India podría estar planeando ataques armados en sus ciudades, según recoge Efe. Las auotridades indias informaron este viernes de un intercambio de disparos entre miembros de su ejército y soldados pakistaníes en la región fronteriza de Cachermira, aunque sin registrarse víctimas o heridos.

Incidentes con la policía india en Cachemira. Foto de archivo.

Incidentes con la policía india en Cachemira. Foto de archivo. Reuters

"Según nuestra información, la India, en lugar de optar por una guerra total, se prepara para lanzar ataques terroristas en nuestras ciudades. Estamos totalmente preparados para afrontar esa ola terrorista. Será un ojo por ojo", ha declarado el ministro durante una rueda de prensa.

Lo cierto es que ambos países ya estuvieron al borde de la guerra en 2019, cuando un atentado suicida en Cachemira mató a 40 soldados indios. Entonces, India culpó a Pakistán, a pesar de que fue un grupo armado con base pakistaní el que se atribuyó la autoría. El Gobierno del primer ministro Narendra Modi revocó ese mismo año una parte de la Constitución india que otorgaba autonomía al estado de Cachemira. La medida, para integrar plenamente la parte india de Cachemira, como se conoce a la región, formaba parte de su programa nacionalista hindú, todavía hoy en marcha.